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El fiscal acusa a la Comunidad de querer dejar sin protección a diez menores desamparados

Los chavales se escaparon de las residencias regionales en las que estaban internados

La Fiscalía de Menores, dirigida por Justino Zapatero, ha exigido al Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF), de la Comunidad, que paralice sus planes de dejar de tutelar a una decena de adolescentes desamparados que se fugaron de sus residencias. La fiscalía recuerda al IMMF que el Código Civil le obliga a proteger a estos chicos salvo que hayan fallecido o residan en otra comunidad. 'Si no sabe dónde están, tendrá que intentar averiguarlo, pero no puede haber bolsas de menores descontrolados', explica Zapatero. El IMMF rechaza hablar del asunto.

Justino Zapatero considera 'preocupante' que el IMMF ignore el paradero y la situación de los menores que se escapan de sus internados. 'Si no saben dónde están esos muchachos, tendrán que intentar averiguarlo. Tal vez los educadores que les han tratado en los centros sepan su paradero. Pero no puede haber menores sin tutor', insiste. 'El Código Civil, en su artículo 172, dice bien claro que la entidad pública encargada de los menores desamparados, en este caso el IMMF, tiene la obligación de protegerlos; no es algo de lo que pueda hacer dejación', asegura.

Zapatero añade que fue el propio IMMF el que, en cumplimiento de la legislación de menores, le informó por carta de su propósito de dejar de proteger a esta decena de chavales que se escaparon hace meses de sus residencias. 'En abril les contestamos, también por carta, que debían revisar y modificar su decisión, pero no sabemos qué es lo que han hecho finalmente', añade.

El instituto, a través de los portavoces de la Consejería de Servicios Sociales, de la que depende este organismo, declinó ofrecer su versión: 'El cese de la tutela sobre los menores desaparecidos es un asunto técnico sobre el que no queremos decir nada', se limitaron a comentar.

La fiscalía considera que estos 15 casos no son los únicos en los que el IMMF ignora el paradero de muchachos cuyo cuidado tiene encomendado. Eso le lleva a concluir que el sistema de protección de menores desamparados que ejerce la Comunidad es 'mejorable' .

'En 2001 solicitamos 552 informes sobre chicos tutelados, y nos llama la atención lo que tarda el IMMF en contestar. Podemos tirarnos meses sin recibir respuesta alguna, y nos da la sensación de que si no responden es porque no saben nada sobre ellos', señala Zapatero.

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'Desde la fiscalía tenemos la impresión de que en el IMMF existe una cierta burocratización; en las tutelas se mueven montañas de papeles oficiales, pero parece que a veces falla el trato con los críos', apostilla el fiscal. 'Dicen que tienen 2.000 chicos protegidos en sus centros, pero lo que no sabemos es si existe un seguimiento y un apoyo social y educativo adecuado a todos ellos. Si el IMMF necesita más recursos, el Gobierno regional tendrá que dárselos, pero en Madrid no puede haber bolsas de menores descontrolados', dice.

'Quizás también deberíamos hacer un mayor esfuerzo para que el ingreso en una residencia y la separación de la familia fueran el último recurso. Pero no tenemos apenas desarrollados programas de apoyo domiciliario a los progenitores con dificultades para educar a sus hijos', concluye el fiscal.

El IMMF tiene bajo su tutela a 1.700 menores procedentes de hogares desestructurados (toxicomanías, locura o prisión de los padres, pobreza extrema, abandono, malos tratos). De ellos, 900 viven en alguna de las 24 residencias del Instituto y otros 800 en hogares concertados con ONG.

Una tutela en el limbo

S. N., un menor marroquí de 17 años, no sabe ya quién es su tutor. En teoría está bajo la protección del Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF), pero el pasado verano se escapó de una de sus residencias, donde estaba acogido, y desde entonces no tiene contacto con esa institución. El chico vive desde febrero con el sacerdote Javier Baeza, de la Coordinadora de Barrios, una entidad que apoya a jóvenes excluidos. Pero aunque éste ha comunicado a la fiscalía que el chaval reside en su casa, no ha logrado que le den legalmente su tutela. Simplemente no hay respuesta. Ese mismo silencio es el que ha encontrado el fiscal de Menores, Justino Zapatero, cada vez que ha preguntado al IMMF por la situación de este adolescente. En febrero les envió la primera misiva. Y luego insistió, pero no hubo contestación. Así que el 10 de mayo certificó en un documento que el chaval vive con el sacerdote, 'la única persona' -indica en el escrito- que está intentando cumplir las facultades inherentes a la tutela del menor'. Baeza no puede solicitar un permiso de trabajo y residencia para este joven inmigrante que llegó solo a Madrid y tampoco tiene constancia de que el IMMF lo esté tramitando. En febrero de 2003 el muchacho cumple la mayoría de edad, y sin el permiso se convertirá en un sin papeles. 'Tras escaparse el chico de la residencia, el IMMF nos pidió que le diésemos de baja en nuestro taller de mecánica de San Fermín (Usera), al que venía desde hace tiempo. No lo hicimos por no privarle de formación, y le indicamos que regresase al internado. Pero allí no le dejaron volver a entrar', asegura el sacerdote.

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