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La Ronda del Mig pierde dos carriles entre Cerdà y Les Corts

La restricción de tráfico se prolongará hasta el 16 de septiembre

Nuevo cerco a la Ronda del Mig. Desde anoche, los dos carriles que había entre la Bordeta y Les Corts se han quedado en uno en cada sentido. Y así seguirá hasta el 16 de septiembre. En esta ocasión, las restricciones de tráficos son para eliminar las rampas de acceso y salida construidas el pasado verano con carácter provisional para proceder a la cobertura total de la vía, que se convertirá en uno de los túneles urbanos de mayor longitud de Europa (más de dos kilómetros).

Las dos últimas obras juntas tienen un coste de 42 millones de euros

La llegada del verano, como ya ocurrió el pasado año, supone restricciones de tráfico en la Ronda del Mig, donde apenas se han vivido semanas de normalidad en la última década. Cuando no estaba cerrada por obras, se hallaba inundada a causa de la lluvia. Algo que, aseguró ayer el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Casas, no pasará más. Entre las obras realizadas figura la construcción de un colector soterrado de cinco metros por dos que debe recoger el agua de lluvia sin dificultades. Esta obra se completa con un colector de aguas pluviales situado en el lateral de la avenida de Carles III, entre la avenida de Madrid y la Travessera de les Corts, desde donde se regulará el agua de las avenidas.

El conjunto de la obra, que ahora entra en su última fase, tiene que permitir la cobertura definitiva del tramo que va desde la Travessera de les Corts hasta Mejía Lequerica, donde ya se ha eliminado el puente que sobrevolaba la ronda, y tapar un segundo tramo entre la calle de la Constitució y la avenida del Carrilet, desde donde la ronda sale cubierta con una especie de visera para amortiguar los ruidos que pueda provocar en las últimas viviendas antes de la Gran Via.

Las rampas que se deben eliminar son tres: una en la zona de Les Corts y dos en el barrio de la Bordeta. La primera permitía la entrada de vehículos desde el lateral de Carles III a la altura de Mejía Lequerica con dirección a Castelldefels. Ahora sólo quedará abierto el acceso desde la avenida de Madrid.

En la Bordeta, las rampas estaban situadas una a cada lado de la ronda. La situada en dirección a Castelldefels permitía la salida de los coches que habían entrado en la de Les Corts. La otra ofrecía un acceso a los coches que viajaban en dirección a la Diagonal y llevaba directamente hasta la confluencia de esta avenida con Carles III.

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Los conductores que deseen coger la ronda desde la plaza de Cerdà podrán seguir haciéndolo por la entrada que ya existía por encima de la calle de la Constitució y salir antes de cruzar la Travessera de les Corts. También se mantiene abierto el acceso situado a la altura de la carretera de Sants, con salida también obliga en la Travessera de les Corts porque el trecho inmediatamente posterior quedará cerrado al tráfico.

Una vez eliminadas las rampas provisionales, se procederá a cubrir el túnel urbano, en el que se han previsto todas las medidas antiincendio conocidas, explicó Casas.

Las dos obras juntas tienen un coste de unos 42 millones de euros (unos 7.000 millones de pesetas). Esta cantidad incluye también el ajardinamiento de las nuevas superficies, que recibirán un tratamiento de paseo similar al que tienen los tramos de Sants, avenida de Madrid y Travessera de les Corts.

Éste es, en teoría, el último corte de tráfico que tiene que sufrir esta vía barcelonesa. El paso del tren de alta velocidad no debería afectar al tráfico ya que está previsto que circule por debajo de la ronda. Como máximo, sugirió ayer Xavier Casas, podría ser que hubiera que restringir el tráfico el próximo verano mientras se horada en el subsuelo y puramente como medida de precaución.

Una vez terminada la obra, el túnel se iniciará a la altura de la avenida del Carrilet y discurrirá ininterrumpidamente hasta poco antes de la Diagonal. En esta zona los vecinos habían pedido también el soterramiento, igual que en la parte que hay entre la Diagonal y la plaza de Prat de la Riba. Los responsables del Gobierno municipal se han mostrado siempre reticentes porque supondría un túnel urbano de dimensiones excesivas.

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