Beloki y Barriola disputan una final distorsionada del Manomanista
La final del Manomanista de 2002 es ella y sus circunstancias. Nadie discute la supremacía de estos dos pelotaris, dos de los más grandes del momento, y sus méritos para encontrarse esta tarde (hacia las 18.00, ETB-1) en el frontón Atano III de San Sebastián. Rubén Beloki, navarro de Burlada, de 27 años, es un fijo en estas citas. Suma seis presencias en la final en ocho años. Si no es el dominador absoluto de la pelota a mano actual, cuando menos se le puede considerar el más regular. Casi nunca falta en las grandes citas. Abel Barriola, navarro de Leitza, de 24 años, es el invitado, la novedad, la juventud que martillea desde atrás.
Pero detrás de lo meramente deportivo, esta final llega rodeada de alteraciones. Para empezar, Beloki se clasificó por una vía extraordinaria. Su rival de las semifinales, Mikel Goñi, fue apartado antes del partido por su empresa por presunta adicción a las drogas, un asunto que el pelotari desmintió y que mantiene enfrentadas a ambas partes y desconcertado al mundo de la pelota. El último capítulo se escribió ayer. La empresa, Aspe, hizo público un informe médico encargado al doctor Javier Azpiri, que ha explorado al deportista junto con un equipo de neurólogos, psiquiatras, neurofisiólogos y psicólogos, y la conclusión es así de simple: 'Los habitos de vida [de Goñi] son incomptibles con el desarrollo de una actividad deportiva competitiva. Por todo lo cual, para poder reintegrarse en condiciones a su medio deportivo debe llevar un programa severo de entrenamiento y modificar ampliamente sus hábitos de vida'.
Este elemento por sí solo ha distorsionado la final. Pero además se suma otro inconveniente, que ha obligado a aplazar la final desde el 19 de mayo hasta hoy, aunque hubo otra fecha intermedia, el 2 de junio. La mano derecha de Beloki es la culpable. Se lesionó en mayo y ha mantenido la final en vilo.
Igualdad en los pronósticos
Esa incertidumbre sólo ha traído un incentivo a la final. Ha aumentado las apuestas en favor de Barriola, quien como debutante se le atribuía el papel secundario. Ahora no queda tan claro. Beloki, el campeón de 1995, 1999 y 2001, asegura sentirse pleno de fuerzas y con la mano en perfectas condiciones. Barriola, aunque su plan de entrenamientos se ha alterado para alargar su estado de forma durante más de un mes, se siente tan en forma como cuando ganó en diciembre el campeonato del Cuatro y Medio. De entonces hasta ahora, ha aumentado dos kilos, de 86 a 88, y ha ganado volumen muscular. Está más pesado, menos rápido, más potente. Mejor para el frontón grande.
En cuanto empiece la final, ya no habrá hueco al recuerdo, ni a la alargada sombra de Goñi, ni a los males de manos, ni a los aplazamientos. Sólo habrá lugar para dos pegadores, dos pelotaris consistentes, cada uno con sus habilidades, y en busca de una sola txapela.
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