Algunos taxistas

Ocurrió en el primer puente de mayo, cuando cinco amigos y yo regresábamos de un viaje de vacaciones y tomábamos dos taxis en el aeropuerto para dirigirnos al mismo lugar. Nos repartimos en dos taxis (tres en cada uno, con nuestras respectivas maletas); yo venía en el primer taxi, que cuando llegó a nuestro punto de encuentro cobró 28 euros por la carrera.

Quedamos un poco desconcertados, pero se aproximaba a lo que cobraba el taxímetro. Cuando estábamos pagando, el segundo taxi llega y al darnos cuenta que a éstos les cobraban 13 euros por la carrera, llamamos ladrón al taxista, que ya se había marchado.

El segundo taxista, que se estaba dando cuenta de la situación, en un tono de total indignación nos dijo que los taxistas no eran delincuentes. En su caso tenía razón, pero su deshonesto colega se aprovechó de la situación. Desafortunadamente, por las prisas no tomamos ni la matrícula, ni la licencia de este taxista, pero estoy seguro de que el segundo taxista supo quién fue el individuo que descaradamente nos timó.

Desde aquí invito a este taxista honesto para que denuncie a quien está incrementando la tan mala imagen que últimamente ronda a los taxistas del aeropuerto.