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Mundial 2002 | España vuelve a caer en los cuartos de final

Tomusange gana entre cinco y ocho euros por partido en Uganda

'Un pequeño descuido [en un partido internacional] puede marcar tu nombre para siempre y causarte serios perjuicios'. Ali Tomusange, el linier ugandés que martirizó a España con su banderín y los fueras de juego, sabía de qué hablaba cuando, recién incluido entre los 36 asistentes del Mundial, hizo esas declaraciones a la publicación The East African. El nombre de este desconocido árbitro ugandés, ya tiene un marco en la Copa y un recuerdo imborrable en España.

De Tomusange, contable de profesión, se sabe que gana entre cinco y ocho euros por partido arbitrado en Uganda, pero que guarda en secreto lo que recibe de la FIFA, que ha apostado por él y le aplica un plan de entrenamiento técnico y seguimiento físico, unido a una dieta alimentaria.

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Tomusange, que habla inglés, ha descubierto en el idioma una barrera de seguridad en los partidos internacionales, a diferencia de su país, donde, afirma, 'el público abusa de tí'. Así que dudosamente le afectaron los improperios de Camacho.

Michael Ragoonat, el otro asistente, que amargó a España con la anulación del gol de Morientes a pase de Joaquín, nació en Trinidad Tobago, es técnico agrícola y tiene el inglés como lengua materna y el lenguaje de los sordos como segundo idioma. Ambas cosas le sirvieron para desentenderse de las protestas españolas.

Tomusange, futbolista en su época estudiantil en el Kings College Budo y apartado por una lesión de rodilla, era la esperanza de África oriental, que por vez primera colocaba un colegiado en el mayor acontecimiento futbolístico.

Fredrik Mufuta, otro árbitro ugandés, le pedía en la misma revista 'una buena actuación para que la FIFA cursase invitaciones a otros árbitros de la región'. La misma súplica la realizaban otros colegas de Tanzania y Kenia.

Tomu, como le llaman en Uganda, no les hizo caso. Pero tuvo sus minutos de gloria y vivió tranquilo porque, según afirma, 'los partidos internacionales son más tranquilos que los derbies ugandeses entre el Express FC y el SC Villa'.

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