Zaplana descalifica a sindicatos y oposición y Pla le llama prepotente

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, condensó ayer los argumentos del PP sobre el seguimiento de la convocatoria de huelga general y arremetió simultáneamente contra los sindicatos convocantes y la oposición socialista, pero sin cerrar la puerta a una posible reapertura del diálogo social. Las declaraciones de Zaplana no se correspondieron con la situación de normalidad descrita por el Consell. A los sindicatos les cuestionó la representatividad y el uso que hacen de las ayudas que reciben de la Administración. Al PSPV-PSOE lo acusó de mantener una actitud patética e irresponsable. El líder socialista Joan Ignasi Pla pidió ayer que no se infravalore el seguimiento del 20-J y exigió al PP que reabra el diálogo.

El jefe del Consell mantuvo ayer en Castellón, donde colocó la primera piedra de una piscina cubierta, su idea de que la convocatoria de huelga general había sido un fracaso. 'El fracaso de la convocatoria debe servir a los sindicatos para reflexionar sobre la realidad que ellos destacan y que tiene poco que ver con la realidad. En esas reflexiones nos encontrarán siempre'. Sobre ese punto de apoyo, Eduardo Zaplana hizo palanca para levantar los siguientes argumentos: 'Los sindicatos no son los únicos interlocutores, se llevan ayudas cuantiosas de la Administración pública, tienen una estructura de personas trabajando exclusivamente para lo que ayer [por el jueves] vimos y al mismo tiempo fracasan en cualquier iniciativa sin respaldo suficiente'. El presidente de la Generalitat reiteró: 'Los sindicatos son organizaciones con poca afiliación y poca capacidad de movilización'. 'Yo conozco el sentimiento de frustración y los sindicatos se fueron [el jueves] con el sentimiento de amargura de la derrota', prosiguió Zaplana. Pero añadió: 'Se va a hablar respetándonos todos'.

En las antipodas del PP, el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, tachó de 'ridículo' que Zaplana se refiera a la huelga como un fracaso estrepitoso para tender luego la mano a los sindicatos. El líder socialista advirtió al presidente de la Generalitat que se equivocará si infravalora la huelga y no dudó en calificar de 'absurdo e insulto a la inteligencia' que se pretenda ignorar que el jueves hubo una huelga 'mayoritariamente seguida'. 'Los datos objetivos de consumo eléctrico, equiparables a los de un día festivo, o la paralización de la industria y el transporte revelan que la huelga fue un éxito', dijo Pla.

El dirigente socialista expresó también su opinión de que la 'masiva' afluencia a la manifestación convocada en la tarde del jueves estuvo condicionada 'por las mentiras del Gobierno y fue una respuesta de los ciudadanos indignados al escuchar a la portavoz del Consell, Alicia de Miguel'. 'Nuestra mentirosa particular', dijo Joan Ignasi Pla en referencia a De Miguel, 'actuó como portavoz del PP y no del Gobierno' valenciano.

En el cruce de acusaciones, Eduardo Zaplana también utilizó duros calificativos para valorar la posición de los socialistas. Tachó la actuación de los socialistas de 'patética' y les señaló como protagonistas de algunos piquetes que 'coaccionaron a la gente para que no fuera a trabajar'. Zaplana mantuvo que la oposición 'ha ejercido con gran irresponsabilidad una actitud que nunca se conocía en la democracia, y es que un partido político secunde y aplauda una huelga general'.

Por su parte, el secretario general del PSPV cuestionó la 'prepotencia, el autoritarismo y la soberbia' de Zaplana y su partido y afirmó que 'los ciudadanos están cansados de la forma de hacer política' de los populares. Pla reivindicó el derecho de los militantes socialistas a expresarse libremente como ciudadanos y señaló que estos asumen la responsabilidad de sus actuaciones como tales.

En este cruce de valoraciones, el portavoz popular en Cortes, Alejandro Font de Mora, puso el contrapunto al afirmar que los socialistas pretenden 'instrumentalizar y parasitar la huelga aprovechándose del esfuerzo de los sindicatos'. Para Font de Mora, Pla debe pedir perdón a los sindicatos por tratar de aprovecharse de ellos.