Hermanos
Hasta los trece años mojaba la cama casi todas las noches. Cuando ocurría, despertaba a mi hermano, que siempre me hacía un hueco en su cama caliente. El pijama húmedo lo colocábamos al fondo, entre los pies, para que estuviera seco al levantarnos. Fue nuestro gran secreto, jamás se lo contó a nadie.
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