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El presidente alemán ratifica la polémica ley de inmigración

El presidente de Alemania, Johannes Rau, a quien la Constitución sitúa por encima de los partidos políticos, refrendó ayer con su firma la nueva ley de inmigración aprobada el 22 de marzo con un polémico procedimiento en la Cámara alta del Parlamento alemán, el Bundesrat. La decisión del antiguo líder socialdemócrata, quien, al igual que todos sus predecesores, se retiró de su partido al asumir la presidencia, se esperaba desde hace semanas. Ahora acarreará un recurso ante la Corte Constitucional Federal interpuesto por los conservadores, contrarios a una legislación que, creen, no restringe lo suficiente la entrada de extranjeros al país.

La ley, previamente aprobada por la Cámara baja del Parlamento (Bundestag), sólo pudo pasar por el Bundesrat, en el que toman asiento los Estados federados alemanes, por la decisión de valorar como afirmativos los cuatro votos correspondientes a Brandeburgo, que no logró ponerse de acuerdo sobre una postura común. Esta decisión del presidente del Bundesrat, el socialdemócrata Klaus Wowereit, causó la indignación de los conservadores.

Uno de ellos, sin embargo, admitió después que las escenas de tumulto sólo fueron 'teatro'. En realidad, dijo, los conservadores conocían de antemano el desenlace de la votación. Rau censuró ayer fuertemente tanto el comportamiento de los gobernantes de Brandeburgo, como la 'puesta en escena del debate político', que ha 'perjudicado el prestigio del Estado y la política'. La ley de inmigración entreabre las puertas a una entrada regular de trabajadores extranjeros al país y enfatiza la necesidad de la integración de los inmigrantes, que tendrán que seguir cursos de lengua alemana.

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