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Crónica
Texto informativo con interpretación

'Que vuelva a ganar cien liras al mes'

El presidente del Perugia anuncia el despido de su jugador Ahn, el autor del último tanto ante Italia, y habla sobre él con desprecio

Ahn Jung-Hwan, el jugador que eliminó el martes a Italia con un mortífero gol de oro, no tiene ya futuro deportivo en este país. Ahn, contratado hace dos años por el Perugia (el club de la ciudad de la Umbria del mismo nombre), como una joven promesa asiática, haría bien en no poner siquiera los pies en Italia. Para empezar aquí no le espera ya un trabajo. 'Que se vuelva a Corea a ganar cien liras al mes', declaró furioso el presidente del club umbro, Luciano Gaucci, apenas se produjo la hecatombe en el estadio coreano. 'No volverá a Perugia. ¿Cómo iba a aceptar a uno que ha destrozado el fútbol italiano?. Los gestos de fenómeno tenía que haberlos tenido aquí con nosotros', añadió Gaucci, según relataba ayer el diario romano Il Messaggero. En realidad, la información la recogían todos los periódicos italianos, aunque algunos con matices más suaves. El hecho es, no obstante, uno. El club italiano no está dispuesto a pagar los 3 millones de euros preceptivos al Puzan Icons para retenerlo, y las razones parecen evidentes. Serse Cosmi, entrenador del Perugia, negó que se tratara de una venganza pura y dura contra el jugador, pero se declaró partidario de colocar en su puesto a Gatti, un italiano, 'para dar ejemplo de que apostamos por el fútbol nacional', dijo. El Perugia tiene tiempo hasta el 30 de junio para pensárselo, pero a juzgar por el tono de Gaucci no parece probable que haya retrocesos.

De Ahn Jung-Hwan, de 26 años de edad, no se conocía casi nada en Italia. Ahora empieza a saberse demasiado de su vida y sus tremendos defectos. Contratado, según la prensa italiana, como parte de un 'paquete' a cambio del patrocinio de la Daewoo, ahora resulta que el jovenzuelo, casado con una ex miss Corea, no había aprendido una palabra de italiano en dos años de estancia. Y no sólo eso. No le gustaba la pasta, un alimento que es toda una filosofía en Italia, esencial además para los jugadores de fútbol que encuentran en los carbohidratos el carburante ideal para el esfuerzo que requiere este deporte.

Ahn no quería pasta y suspiraba por la comida coreana dando muestras de pésima capacidad de adaptación al medio ambiente italiano. Según algunos diarios, había encontrado un negocio de comida exótica en Milán que le suministraba cajas de comida coreana. Con la derrota (de Italia), ha llegado también la hora de los reproches. Después de todo, dicen Gaucci y Cosmi, Ahn era un chico elegante más apto para hacer de modelo que de futbolista. En dos temporadas, apenas había marcado cinco goles, todo un récord si se tiene en cuenta que había pasado la mayor parte del tiempo como suplente en el banquillo. 'Aunque haya marcado un gol fundamental en el Mundial, eso no quiere decir que sea un buen jugador', insistió el presidente del club umbrio.

Adiós a Perugia, para Ahn Jung-Hwan y su esposa, Lee Hae-Won, miss Corea 1998, ambos aficionados a los diseñadores italianos y a los trajes de buen corte. De momento, en Corea del Sur es una celebridad total y sus admiradoras se cuentan por millones. Por si eso fuera poco, la prensa italiana apunta la posibilidad de que Ahn, además de haber despertado el interés del Rangers de Glasgow, y de algún equipo alemán, pueda recibir una sustanciosa oferta del club de fútbol Barcelona. Si la cosa se confirma será más fácil para el jugador olvidar el portazo del Perugia.

Con todo, el jugador se muestra agradecido con lo aprendido allí. 'Tengo que dar las gracias a Italia por lo mucho que he aprendido allí y los momentos duros que tuve que superar, que me han ayudado a jugar buenos partidos en el Mundial'.

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