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Reportaje:Mundial 2002 | Estados Unidos, cuartofinalista

El niño prodigio del 'soccer'

Donovan, de 20 años, designado el mejor jugador de la Copa del Mundo sub 17 de 1999, es la gran esperanza estadounidense

Siempre precoz para el fútbol, Landon Donovan ha quemado etapas muy deprisa. Desde muy pequeño, colecciona todo tipo de trofeos. Y tal vez el más preciado hasta el momento sea aquél que le consagró como el mejor jugador del Campeonato del Mundo sub 17 de Nueva Zelanda 99, en el que Estados Unidos quedó en el cuarto lugar.

Ahora, a sus 20 años, Donovan no ha dejado pasar la ocasión de exhibir en el gran escaparate del Mundial su juego de entrelíneas: rápido, fresco e intuitivo. Le llaman el Owen norteamericano. Y no solamente por disponer de un físico parecido -mide 1,73 metros y pesa 67 kilos-, sino por tratarse de un media punta ligero, con visión del juego, buen pase y olfato para el gol. Ayer giró el cuello a tiempo para cabecear a gol, en el segundo palo, el precioso centro desde la izquierda de Lewis y matar, de paso, a México. Se trataba de su segundo gol en el torneo -el primero se lo marcó a Polonia- y el chico promete que no será el último: el viernes, ante Alemania, tendrá una nueva oportunidad.

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A la prestigiosa red de cazatalentos del Bayer Leverkusen no se le escapó Donovan, fichado tras el Mundial sub 17 de Nueva Zelanda. El centrocampista californiano firmó un contrato por cuatro temporadas, pero, después de pasar un tiempo en los banquillos de la Bundesliga, el Leverkusen decidió cederlo al San José Earthquakes, de la Liga profesional estadounidense, para que recuperara el vuelo. Allí recobró la velocidad de su carrera y debutó con la selección precisamente ante México, en octubre de 2000. Marcó un gol. Tenía 18 años.

En medio de una selección avejentada en la que diez de los 23 jugadores tienen más de 30 años, Donovan es un soplo de aire fresco, la gran esperanza del soccer, el nombre que recibe el fútbol en Estados Unidos para distinguirlo del fútbol americano.

Última en el Mundial de Francia 98, la selección estadounidense temía un nuevo fracaso en Corea del Sur y Japón que habría sido un golpe definitivo para el soccer. Donovan, sin embargo, mantuvo la fe en este equipo. 'En los dos últimos años, nuestros jugadores han crecido a una gran velocidad. Estamos más preparados que nunca para la competición internacional', declaró antes del torneo. Y así ha sido. Donovan está maduro. Listo para regresar a Europa.

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