El orden contra el talento
Inglaterra se escuda en una humildad exagerada ante su duelo con Brasil
Los ingleses no se engañan. Habrán inventado el fútbol, pero reconocen que los brasileños lo han perfeccionado. O, al menos, que lo juegan mejor. La selección de Sven-Goran Eriksson se prepara para el gran encuentro de los cuartos de final contra Brasil con una humildad casi exagerada.
'Brasil es la favorita', afirma Eriksson; 'juega muy bien. Es el fútbol samba. Siempre es una maravilla verles jugar. Parece que los jugadores brasileños han nacido con una bota atada a los pies'. En cambio, el sueco más popular en la historia inglesa reconoce que el equipo al que entrena desde hace 18 meses no se va a llevar ningún premio por su mérito artístíco: 'Hemos hecho un trabajo muy profesional. A veces, jugando buen fútbol; a veces, defendiéndonos muy bien. En un Mundial, uno no puede jugar a la ofensiva todo el tiempo'.
'Es una maravilla ver jugar a los brasileños', afirma Ericksson; 'su ataque da miedo', confiesa Ferdinand
Casi se disculpa Eriksson. Quizá, sin reconocerlo de manera explícita, el ex técnico del Lazio, con el que ganó la Liga italiana, está respondiendo a aquéllos que en Inglaterra han criticado a su equipo por jugar un fútbol aburrido, conservador, a la italiana. Al tiempo, un seleccionador no puede hacer nada más que maximizar las capacidades de los jugadores con los que cuenta en un determinado momento. Eso es lo que ha logrado Eriksson con Inglaterra, y con gran efectividad. Sabe que, en cuanto a talento natural, cuenta con una joya y... nada más. Con Beckham, al que Juninho ha definido estos días como 'aquel tío que siempre pone el balón exactamente donde la quiere poner'. Eriksson lo expresa así: 'Cada balón que toca lleva una carga de inteligencia. Cada vez que la toca. Siempre. No creo que haya nadie que pase o centre mejor que él'.
Pero, aun así, aún reconociendo que Beckham es el único artista en un cuadro de albañiles, lo que Eriksson destaca de la aportación que ha hecho el capitán a su selección es su entrega y concentración. 'Está trabajando duro', dice; 'tácticamente, ha estado muy bien, muy diciplinado.Todos los jugadores han sabido en qué posición estar cuando se defienden o atacan'.
Así, pues, ya tiene retratado Eriksson el encuentro del viernes, en Shizuoka. El orden contra el talento, la eficiencia contra el instinto. Y así se lo ha hecho ver a sus jugadores. Ferdinand, el central de Leeds que muchos han señalado como el mejor jugador inglés del torneo, dice que 'es fantástico jugar contra los brasileños. En el ataque, da miedo'.
El mismo Beckham recuerda que se verá la cara una vez más con Roberto Carlos, contra quien se enfrentó con el Manchester en su derrota ante el Madrid hace dos años en la Liga de Campeones. 'Es uno de los grandes jugadores', dice; 'cuando él juega, tengo que defender más'.
Pero, a pesar de sus palabras, ni Eriksson, ni Ferdinand ni Beck-ham ni ningún otro jugador inglés da la impresión, por su serenidad, por su buen humor, de pensar que el partido contra los brasileños vaya a ser una misión imposible. Los inventores del fútbol no jugarán al más alto nivel estético, pero lo que sí saben es que en este deporte no siempre ganan los buenos, como casi tuvo que aprender una vez más España ante una Irlanda hombre por hombre muy inferior.
Por eso, aunque es posible que encare el partido contra Brasil con complejos, eso no significa que Inglaterra piense que no vaya a ganar. Cuando se le pregunta si le apetece jugar contra Brasil, Beck-ham responde que sí: 'La última vez que jugamos contra ellos en un Mundial fue en México 70. Recuerdo haber visto a Bobby Moore y Pelé intercambiando sus camisetas'. A su vez, Ferdinand, por más 'miedo' que le inspire la delantera brasileña, apunta que jugar contra ellos es algo que piensa disfrutar.
Eriksson, el siempre medido Eriksson, responde de la siguiente manera sobre cómo ve el partido contra Brasil: 'Siempre es una selección complicada. Habría preferido jugar contra ellos en la final'. El sueco utilizó exactamente las mismas palabras cuando habló de Argentina un par de días antes de vencerla por 1-0 en Sapporo.
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