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Arena: 'Bankinter no se fusionará con ningún banco si seguimos teniendo éxito'

El presidente de la entidad gestiona el quinto banco español, considerado un modelo en Internet

Íñigo de Barrón

Juan Arena, presidente de Bankinter desde hace tres meses en sustitución de Jaime Botín, tiene el objetivo de que el banco siga creciendo y que mantenga el quinto puesto en el sector por tamaño. Bankinter se ha convertido en un modelo de banco por Internet, pero a costa de recortar los beneficios. Arena, que gestiona la entidad con un espíritu agónico, reconoce que 'puede pasar de todo, pero está claro que para sobrevivir hay que ser el mejor'. Es tajante al rechazar que la entidad esté en la órbita del SCH aunque la familia Botín controle el Consejo y descarta una fusión con Banesto 'si seguimos teniendo éxito'.

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Juan Arena de la Mora (México DF, 1943) se sienta en un extremo de la sala de Internet que Bankinter tiene en un edificio de Arroyo de la Vega, situada a 16 kilómetros de Madrid. No tiene despacho, ni siquiera un biombo que separe su mesa del resto de los empleados. Su espacio sólo se diferencia del resto porque su mesa está más aislada que la del resto de los empleados. Cuando quiere tener una conversación a solas, acude a uno de los despachos cercanos, eso sí, todos con cristales diáfanos.

Esta distribución no es una casualidad. Revela una filosofía que se respira en este banco: nada de protocolo y máxima proximidad con los empleados y clientes. De hecho, Arena realizó esta entrevista (la primera que concede un presidente de Bankinter) sin chaqueta ni corbata, y son minoría los empleados que visten con traje en este edificio de Bankinter.

Arena niega que esté siguiendo la moda impuesta hace dos años por Internet, ya que esta es anterior al auge de la Red. 'Es una forma más cómoda de trabajar. Cuando voy a la sede principal del banco' -un clásico palacio en el paseo de la Castellana de Madrid- 'a ver a clientes o reunirme con el comité de dirección, sí llevo traje', explica Arena.

Arena, presidente de Bankinter desde hace tres meses, lleva en la entidad 23 años y es el alma máter del banco desde que fue nombrado consejero-director general en 1986. Siete años después fue ascendido a consejero delegado. Desde entonces ha ganado prestigio entre sus empleados, entre los que es una figura indiscutible.

Con orgullo, el presidente del banco repite que 'antes nadie creía en nosotros. Ahora tenemos el 25% de los clientes españoles con una cuenta online, algo que sólo nosotros podemos decir'. Los analistas financieros coinciden en que Bankinter es un ejemplo de éxito en la trasformación del banco a través de Internet. El 41% de las transacciones totales que hacen los clientes con este banco se producen a través de la Red. Tienen cuatro veces más contactos por este canal que a través de las 282 oficinas.

Para Arena, estos datos demuestran que 'la era de Internet no ha sido un fracaso. Ha abierto un nuevo canal de relación de gran éxito porque es cómodo para el cliente y la entidad, aunque exige fuertes inversiones. Otra cosa es que se haya exagerado su potencial económico'. Arena recuerda que en dos años Internet se ha convertido en un medio estable de relación para el cliente, lo que al telefóno le costó más de 10 ejercicios.

El presidente insiste en que para Bankinter, la Red 'no es una prótesis incorporada, sino algo que hemos metido dentro en los procesos de producción'. No en vano Microsoft, Charles Schwab y Southwest están entre las empresas que más admira Arena.

Sin embargo, Bankinter ha sufrido los vaivenes de Internet. Sus acciones cotizaron a 77 euros el 21 de diciembre de 1999, y dos años y medio después están a a 32,3 euros. A toro pasado, Arena explica que vivió aquel subidón 'con angustia porque sabía que no era sostenible. Es similar al que, de repente, recibe una racha de viento de 40 nudos en la popa del barco', explica este experto navegante. El disparo de la cotización supuso que el patrimonio en acciones de la plantilla pasó de 150 millones de euros a 300 millones casi de la noche a la mañana. Entonces, Arena era recibido en Bankinter con ovaciones. Pero la euforia pasó y lo ganado se evaporó. En los dos últimos años, la cotización de Bankinter ha caído más que el índice Ibex 35 (ver gráfico). Arena alega que, a diferencia de otros valores de la nueva economía, Bankinter sigue cotizando al mismo precio que antes del auge, mientras que otros han perdido el 90% de su valor.

Adelantarse al mercado

Bankinter se volcó en las inversiones necesarias para reconvertirse a Internet y los beneficios se hundieron (de 127 millones en 1999 a 89 millones el ejercicio siguiente). Fueron tiempos difíciles en los que se especuló con el final de Bankinter como banco independiente. Jaime Botín y Juan Arena mantuvieron el rumbo del banco, seguros de que no se estrellaría. José Luis de Mora, analista de Merrill Lynch, cree que 'quizá se adelantaron a las necesidades del mercado, pero esta entidad, si no va por delante de las demás, desaparece'.

Como recuerda este analista, en la década de los ochenta Bankinter se adelantó con las cuentas de alta remuneración, 'hasta que lanzó el Santander las suyas y nos barrió del mercado', recuerda Arena; en los años noventa, las estrellas fueron los fondos de inversión. Después llegaron las hipotecas a precios difíciles de igualar para la competencia y ahora es la reconversión de todos los productos al mundo online. ¿Y mañana? El máximo ejecutivo del banco estudia las posibilidades del móvil y de la televisión por cable. 'No sé qué pasará en el futuro, pero no dudo de que la relación con los clientes en 2010 será completamente diferente'.

'Bankinter es como un reptil que busca oxígeno en las charcas', explica metafóricamente Arena. 'Nos hemos hecho unos especialistas en reaccionar con rapidez. Me preocuparía que perdiéramos esta capacidad'. Escuchando estas declaraciones parece que el banco vive al límite de sus posibilidades. Su presidente lo reconoce. 'Esto nos genera mucha tensión, pero es la forma más divertida de trabajar que conozco'. A los empleados -2.964 en total- también les llega esta tensión, y más de uno, en privado, se queja de la situación.

Arena está convencido de que Bankinter se debe gestionar bajo presión, porque 'nuestra independencia se basa en el éxito. El día que no creemos valor en Bolsa a medio plazo y no ganemos cuota de mercado, tiraremos la toalla'. Este ejecutivo exhibe sus marcas: en los últimos 20 años, la rentabilidad media anual de la acción ha sido del 23%. En los últimos 10 años, la capitalización bursátil se ha multiplicado por seis. En cuanto al negocio, en 25 años el tamaño de la entidad se ha multiplicado por 50. 'Necesitamos crecer más que los demás. En 2001, el activo aumentó un 20%'.

Pese a estar siempre en vanguardia de las innovaciones, o quizá por ello, los beneficios del banco han decaído en los dos últimos ejercicios y nunca han superado los 127,7 millones de euros. Para algunos analistas, el banco tiene el reto de demostrar que es capaz de incrementar los resultados a tasas del 10% o el 15% 'o de lo contrario no subirá su cotización'.

Como reconoce su presidente, desde hace años hay rumores de la fusión de Bankinter con el Santander u otros bancos. El motivo es que la familia Botín controla alrededor del 10% de Bankinter. 'No gestiono esta entidad como si estuviéramos en la órbita del Santander Central Hispano. No pienso en la posibilidad de fusionar Bankinter ni con Banesto, como se dice ahora, ni con otra entidad. Estoy convencido de que si somos rentables, dentro de muchos años el logotipo de Bankinter seguirá en solitario'.

'Me queda un cuarto de hora'

Juan Arena de la Mora es ingeniero y licenciado en Empresariales por ICADE. Su inquietud le llevó a estudiar psicología, una materia útil para su trabajo bancario. Ahora se está planteando iniciar un curso de matemáticas.

Arena, casado y con cuatro hijos, se ha convertido en un caso de estudio en el IESE por su peculiar sistema de trabajo, siempre conectado on line al banco, pero con un horario menos extenso gracias al teletrabajo.

Muchos ejecutivos de la banca admiran a Arena porque fue capaz de, siendo consejero delegado, irse meses a Harvard para analizar la implantación de Internet en las empresas. Dirigió a distancia la entidad y demostró su capacidad para delegar. Ahora ha nombrado un consejero delegado, Jaime Echegoyen, del que dice 'esperar mucho' y que 'Bankinter note su influencia'. Preocupado por el gobierno de la empresa, introducirá una nueva comisión en el consejo, la de negocio, en donde estará Alfonso Botín, hijo del ex presidente Jaime Botín. El objetivo es acercar a los consejeros 'al debate de las ideas que vive el banco'.

Este navegante al que no le gusta el golf confiesa estar a gusto en el pequeño Silicon Valley de la localidad madrileña de Arroyo de la Vega. Sus vecinos son Ola.net, Lucent Technologies y Konecta.net, que parecen escogidos para dar más ambiente on line a Bankinter.

Arena parece tener claro su futuro: 'Soy un presidente al que le queda un cuarto de hora. Está claro que cuando uno llega a este puesto con 58 años, su misión principal es preparar a su sucesor', aunque asegura que, hoy por hoy, desconoce quién será.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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