Otros Bermejales

Aunque pueda parecer lo contrario, no todos los residentes en Los Bermejales nos manifestamos ni estamos de acuerdo con las tesis de una asociación de vecinos que lo mismo arremete y descalifica a Cáritas, al párroco del barrio, al Defensor del Pueblo o al arzobispo.

Sin entrar en más honduras diré que desde el balcón de mi casa veo todos los días el asentamiento de personas gitanas en sus chabolas, los veo cuando caen chuzos de punta, cuando truena, cuando hace cinco grados en invierno y cuando hace 45 en verano.

Respecto al centro social, yo no tengo miedo, no creo que sea para tanto y que no le toque a nadie un hijo drogadicto o un pariente con sida. Soy más partidario de ayudar a la gente que de olvidarlos y mirar para otro lado. Más de uno debería revisar, aunque sólo fuera en el diccionario, conceptos como solidaridad, justicia social, igualdad, amor al prójimo o derechos humanos.

Me digan lo que me digan, esto es racismo y, aunque pocos se den cuenta, caldo de cultivo para la que se nos viene encima: el auge de los Le Pen y compañía en media Europa.

Todo lo cual no implica que esté de acuerdo con la política del alcalde de un partido que se dice socialista y al que se le supone que debería hacer y gastar más en los que menos tienen.