Una mujer decapita a su hijo de 22 meses en Elche e intenta suicidarse

Adela Tremillo, de 30 años, vecina de Elche (Alicante), acabó ayer supuestamente con la vida de su hijo de 22 meses seccionándole el cuello. Luego intentó suicidarse, pero una tía de la sospechosa y un vecino impidieron que consumara su propósito. Fuentes familiares afirman que la mujer recibía tratamiento psicológico y se había separado hace poco de su marido, que reclamaba la custodia del niño.

Los hechos ocurrieron alrededor de las tres de la tarde de ayer, en el entresuelo de un edificio situado en el céntrico barrio La Zapatillera de Elche. Según fuentes de la investigación, la mujer cogió un cuchillo de cocina y llevó al niño hasta el baño, donde le cortó el cuello sobre el bidé. En ese momento llamó por teléfono a su tía y le comunicó lo que acababa de hacer y su propósito de suicidarse. Ésta llegó con rapidez y comenzó a golpear la puerta del domicilio, con la intención de impedir que la presunta parricida terminara con su vida.

Finalmente, la sospechosa abrió la puerta y su tía y un vecino lograron retenerla. Dicho vecino, que prefiere guardar el anonimato, describió la escena: 'la joven no estaba en sus cabales, presentaba cortes en el cuello y chorreaba sangre'. Otros vecinos, alarmados por los hechos, llamaron a la policía. Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al lugar y derribaron la puerta para penetrar en el domicilio, donde certificaron la muerte del niño. Al parecer, la supuesta parricida había tratado de esconder el cadáver en la casa con el propósito de no ser descubierta.

La mujer, además de las heridas, estaba presa de un ataque de nervios y fue trasladada con urgencia al Hospital General de Elche, donde ha sido ingresada bajo custodia policial. Se encuentra fuera de peligro, según fuentes médicas.

Adela Tremillo vivía sola con su hijo desde el pasado mes de abril, tras separarse de su marido, J. F. S., con el que había convivido durante seis años en el domicilio donde se produjo el crimen. La presunta parricida trabajaba en un comercio textil y tenía matriculado al niño en una guardería de la zona.

Fuentes próximas a la familia señalan que la mujer sufría un trastorno mental y recibía tratamiento psicológico, aunque este extremo no ha podido ser comprobado. El marido había solicitado recientemente a los jueces la custodia del hijo por los supuestos problemas mentales de su ex mujer.

Los hechos se produjeron en plena retransmisión del partido entre España y Suráfrica del Mundial de Corea y Japón y casi ningún vecino se enteró de la tragedia. Apenas una hora después del crimen, el juez dictó orden de levantar el cadáver. En realidad, sólo los vecinos más cercanos a la vivienda donde ocurrieron los hechos se enteraron del trágico suceso. Todos ellos manifestaron su perplejidad.

Matilde Pérez, vecina del edificio, describió a la mujer como 'una persona normal', a la vez que aseguró no haber observado nunca 'un trato violento' hacia el pequeño. De igual forma opinó Juan Antonio Asencio, otro inquilino del edificio, que no recordaba haber visto 'algo sospechoso en la relación de la mujer con el niño'.