La teoría de 'El Animal'
Irlanda es la selección que más veces juega el balón en largo
Irlanda no estaba jugando nada bien frente a la frágil Arabia Saudí el pasado martes. Ganaba por 1-0, pero su técnico, Mick McCarthy, estaba enrabietado. Para tratar de mejorar las cosas, dio entrada al delantero Quinn, de 35 años. ¿Por qué? 'Quinn mide 1,90 metros. Con él en el campo supimos cuál era el objetivo. Nuestros delanteros, más bajitos, estaban intimidados', apuntó. Con Quinn, Irlanda acabó con un 3-0.
La explicación de McCarthy expresa a la perfección el modelo del fútbol irlandés, cuya selección era la que hasta la jornada de ayer más pases en largo había dado en todo el campeonato: 477 por apenas 232 de España, su rival en los octavos de final el próximo domingo. A Irlanda le seguían Arabia Saudí (461) y Camerún (420), ambas eliminadas. Ella, sin embargo, está viva. Muy pocos equipos exprimen mejor los aspectos más rudimentarios del juego.
McCarthy lanzó antes del torneo un desafío: 'A nadie le gustará enfrentarse a nosotros'
McCarthy lo sabe bien. Se pasó 20 años como profesional con jaquecas, dolencia que afecta a una multitud de centrales del fútbol británico. Y este técnico de 43 años, apodado El Animal en sus tiempos como defensa del Barnsley, el Manchester City, el Celtic de Glasgow y el Millwall, se guía por las mismas coordenadas que su predecesor, otro central, el inglés Jacky Charlton. Ambos son amigos íntimos desde los tiempos de jugador de McCarthy, capitán de la Irlanda más gloriosa de la historia, la que en Italia 90, en su estreno en el Mundial, alcanzó los cuartos de final. Como seleccionador, ya tiene tantas victorias mundialistas en tiempo de juego como Big Jack. Hasta su victoria frente a Arabia Saudí, Irlanda sólo había derrotado a Italia en Francia 98. También ganó a Rumania en 1990, pero por penaltis.
Con sólo cuatro cursos al frente del modestísimo Millwall, McCarthy se hizo cargo de Irlanda en marzo de 1996, cuando Charlton, tras la Eurocopa de Inglaterra, decidió pasar el resto de sus días con la caña y el anzuelo en una mano y una jarra de cerveza en la otra, la mayor parte de ellas por la cara, dada su condición de ciudadano de honor irlandés.
McCarthy tuvo un montón de problemas nada más aterrizar. Los primeros, con Roy Keane, el capitán y la gran estrella del equipo. Antes de que le expulsara del Mundial asiático, ya habían tenido varios roces. El primero, siendo ambos jugadores, cuando el actual técnico le recriminó, en un torneo amistoso en Estados Unidos, en 1992, que se emborrachara tras un partido en Boston. En su primer encuentro como responsable del cuadro nacional, El Animal sustituyó al capitán del Manchester United y éste montó en cólera. A Keane no le agradaba la actitud del técnico, que ya había desterrado a McGrath e Irwin, dos de sus colegas de farra. El asunto se calmó hasta que Keane, días atrás, abroncó durante ocho minutos a McCarthy en el hotel de la concentración, delante de todo el grupo, por la que consideraba una mala planificación de la federación. El seleccionador le despidió de forma fulminante.
Pero McCarthy no sólo ha tenido problemas con Keane. También los ha tenido con los resultados. Bajo su mandato, Irlanda perdió una repesca con Bélgica que le cerró las puertas del Mundial francés. Poco después le ocurrió lo mismo con Turquía y se perdió la Eurocopa de Francia 2000. El camino hacia Corea del Sur y Japón hacía presagiar lo peor, con dos semifinalistas de aquel torneo, Portugal y Holanda, en el mismo grupo. Pero sólo Figo y compañía, y por diferencia de goles, puesto que no ganaron ninguno partido a los verdes, se clasificaron por delante. La Holanda de Louis van Gaal sucumbió estrepitosamente e Irlanda, esta vez sí, triunfó en una repesca frente a Irán.
Pero no sólo portugueses y holandeses no han podido con el fútbol rancio de los chicos de McCarthy. Dinamarca, una de las selecciones en alza en Corea, fue goleada en Dublín el pasado 27 de marzo por 3-0. Y tampoco Alemania lo consiguió el pasado día 5: 1-1.
Respaldado por una de las aficiones más numerosas del Mundial -se han desplazado unos 7.000 irlandeses, en su mayoría afincados fuera de la República-, este seleccionador de origen inglés -su padre, camionero en Waterford cruzó a Dublín por motivos laborales- tiene ahora la gran ocasión de su vida: beber tragos con su amigo Jacky sin el contador en marcha. El propio Charlton le enseñó el camino: pelotazo y a por todas. Ya lo han hecho 477 veces. Por algo McCarthy lanzó un desafío al inicio del torneo: 'A nadie le gustará enfrentarse a nosotros'. A Casillas, seguro que no.
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