La única mujer entre 350 hombres
La rumana Adriana Covaci se queja de que 'hay poco trabajo cuando no tienes papeles'
La historia de Adriana Covaci Elena, de 28 años, no difiere apenas de la de sus compañeros de encierro. Su singularidad estriba en su origen -es rumana- y en su género. Adriana es la única mujer entre más de 350 varones. Y es también la única procedente de un país de la Europa del Este, donde se han nutrido este año los empresarios freseros de buena parte de la mano de obra estacional que absorbe la recolección. A diferencia de las mujeres rumanas que desembarcaron en Huelva con contrato de trabajo y alojamiento asegurado gracias a la contratación en origen realizada por tres organizaciones (Freshuelva, Asaja y Coag), Adriana Covaci se plantó en España hace año y medio con ganas de trabajar, a secas. Desde entonces ha alternado los jornales en la recogida de fresa, melocotón o uva con la inactividad más absoluta. Su solicitud de regularización fue denegada. 'Hay poco trabajo cuando no tienes papeles', dice en su precario castellano. En Rumania, donde dejó a sus dos hijos, de 6 y 15 años, con su madre, no escasea el trabajo pero sí el dinero. 'Ganas poco, no puedes vivir', agrega. A pesar de su pésima experiencia en Huelva, donde ha permanecido los últimos tres meses viviendo en una chabola, Adriana no se plantea retornar a su país más que ocasionalmente. 'Vine aquí para intentar marchar adelante, si puedo casar pues casar con este chico', dice señalando a Aimeur Abderrazak, de 28 años, que cambió su negocio en Argelia por la incertidumbre en España. Comparten encierro, igual que antes compartieron chabola.
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