Máxima tensión

Hoy se decide el Grupo F, el de la muerte. Nigeria, que ya murió, sólo defenderña su orgullo contra el antiguo poder imperial, Inglaterra. Argentina lo tiene muy claro: debe jugar a morir, tiene que ganar a Suecia para estar segura de no seguir los tristes pasos de Francia.

La presión es mucho más grande para los argentinos que para los suecos en el partido de Migayi. Como dijo ayer el centrocampista nórdico Alexandersson: 'No tenemos mucha presión realmente porque nuestros aficionados, o la gente en casa, no esperaban mucho de nosotros'. En cambio, para los auramericanos el fracaso siginificaría no ganar la final del día 30 en Yokohama.

Batistuta, el máximo goleador de las selecciones argentinas de todos los tiempos, con 56 tantos en 76 partidos, ha anunciado su decisión de retirarse del fútbol internacional tras el Mundial, pero ayer matizó que no está dispuesto a pensar siquiera en la posibilidad de que el encuentro ante Suecia sea el último que dispute como internacional. 'No jugaré más con la selección, pero bajo ningún aspecto me quiero ir así, con solo tres partidos ahora', apuntó Batistuta, que ha marcado diez goles en tres Mundiales.

Mucho dependerá del duelo entre Batistuta y la rocosa defensa sueca, pero más dependerá de Aimar, un jugador de gran toque y rapidez mental, señalado hace un par de años por Maradona como su digno sucesor y cuya hora, por fin, ha llegado. O se convierte en el arquitecto de una victoria argentina y de ahí sigue adelante, realiza su potencial y se consagra como uno de los grandes jugadores del torneo o desaparece y espera cuatro años más para convencer al mundo de lo bueno que es.

Marcelo Bielsa, el seleccionador argentino, no estaba seguro al principio del torneo de si Aimar había llegado al grado de madurez necesario para dirigir a su equipo. Ese papel se lo dio en el primer partido, contra Nigeria, a Verón. Pero en el segundo, frente a Inglaterra, Verón tuvo un primer tiempo tan desastroso que Bielsa ya no se puede permitir el lujo de dudar. Aimar es una alternativa altamente prometedora, pero sobre todo la única que tiene. Está claro que con Verón en el campo el juego argentino es más lento; con Aimar se pasa de la defensa al ataque con más rapidez.

Bielsa no reveló ayer cuál será su alineación, pero, sea cual sea, no hay duda de que el valor de su selección en el mercado de traspasos debe de ser al menos cuatro veces mayor que el de la sueca. Pero los europeos cuentan con dos jugadores capaces de complicar la vida a los suramericnaos: Larssen, el delantero centro, es posicionalmente muy listo y tiene buen remate tanto con la cabeza como con ambos pies, y Ljungberg, del Arsenal, es un centrocampista muy completo. Con todo, Argentina tiene jugadores más que suficientes para superar la amenaza de Suecia. Y, además, como dijo ayer Aimar, 'esta selección, en una situación de vida o muerte, siempre ha respondido bien'.

La gran pregunta del otro encuentro del grupo es si saldrá al campo a jugar la Inglaterra que fue desbordada por Suecia, especialmente en el segundo tiempo, o la que controló el centro del campo contra Argentina, a la que superó en ocasiones claras de gol. El sueco Sven-Goran Eriksson, el entrenador de la selección inglesa, advirtió ayer de que sería 'muy estúpido y peligroso' infravalorar a los nigerianos. Pero también había declarado tras la victoria contra Argentina que sus jugadores mejorarían el nivel en cada partido que disputaran en el campeonato.

Si fuera así, los ingleses vencerían a los nigerianos, que no cuentan en sus filas con el lesionado Kanu, su jugador más creativo, y cuyo incentivo por luchar hasta la muerte ya desapareció. Como dijo ayer Beckham, capitán de la selección inglesa y anotador del único gol contra Argentina, 'tropezar ahora sería absolutamente ridículo'.