El gran desafío de Aimar

Lo pide Maradona. Lo pide Argentina. Lo pide el Mundial: ¡que juegue Aimar desde el inicio! Y Marcelo Bielsa, el seleccionador argentino, parece convencido de que llegó el momento para quien, en privado, considera el mejor jugador del mundo. ¿Qué por qué no salió entonces Aimar desde el principio ante Nigeria e Inglaterra? Por varias razones. Porque Aimar es joven, muy tímido y disputa su primer Mundial. Pero, sobre todo, porque Bielsa creía tener la maquinaria bien engrasada y no quería tocarla: la creatividad de Verón, el liderazgo de Simeone y el desequilibrio por las bandas de Ortega y Kily González. La derrota ante Inglaterra, sin embargo, le desbarató los planes. Fue cuando Bielsa se dio cuenta de que el equipo mejoró desde que Aimar sustituyó a Verón en el descanso. No alcanzó la brillantez de sus actuaciones en el Valencia, pero sí fue el único que, con un par de pases al hueco, tambaleó la monolítica zaga inglesa.

Estos días, Pablito chatea con sus amigos de Valencia de cualquier cosa menos de fútbol. Es la condición que ha impuesto. Bastante tiene con la que se le viene encima. ¿Va a sustituir a Verón? 'No quiero hablar de eso', susurra el humilde Aimar mientras le debe de correr un escalofrío por dentro ante la responsabilidad de mandar al banquillo al capitán y la bandera de Argentina hasta hace una semana.

Recién salido campeón de la Liga con el Valencia tras superar las reticencias de su entrenador, Rafa Benítez, Aimar ha madurado mucho. No es el tierno pibito que maravilló en el Mundial sub 17 de Malaisia y que, posteriomente, llegó asustado a Mestalla procedente de la cantera del River Plate. Su padre, Ricardo, jugó en el Newell's. Pasarella fue su mentor en el River. Y el mismo Maradona mostró siempre una debilidad especial por él: 'Es el único por el que yo pagaría una entrada'.

Ahora Aimar llega a la Copa del Mundo con 22 años, la misma edad a la que Maradona fracasó en España 82. Es decir, quizá demasiado pronto para cargar con toda Argentina a sus espaldas. Pero con la experiencia de un año y medio expuesto a la presión de la Liga española mientras El Pelusa llegó al Barça después de aquel Mundial. Hablando de peso: los escasos 62 kilos del liviano Aimar eran superados por el ya regordete Maradona, que se convertiría después en el mejor del mundo. ¿Podrá el tímido Pablito con tanto peso?