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Suárez, centrismo y lecturas interesadas

Son estas líneas una respuesta al artículo 25 años después, otro Adolfo Suárez de Joaquín Azagra, profesor de Historia Económica de la Universidad de Valencia y ex consejero en gobiernos socialistas de la Comunidad. En dicho artículo se pretende descalificar la condición centrista del actual Partido Popular, aprovechando el hecho de la presentación del hijo de Adolfo Suárez como candidato del Partido Popular a la Presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. Dicha descalificación pretende el autor hacerla desde el 'prurito de historiador o la nostalgia generacional'. Digo yo que otros pruritos y otras nostalgias deben interferir en la objetividad del análisis exigible al historiador. Porque sólo desde el prurito partidista se puede hacer única y exclusivamente responsable al 'conservadurismo' del prematuro final del proyecto político concreto que Adolfo Suárez padre representó en su momento. Todavía resuenan en los oídos de quienes en aquellos años simpatizábamos con las ideas de Adolfo Suárez los brutales ataques, los insultos inmisericordes y las rastreras insinuaciones que los jerarcas del partido al que nuestro historiador en su momento sirvió dedicaron a su persona.

Recuerde el lector cómo Alfonso Guerra, por citar sólo algún ejemplo, tildaba a Suárez de 'tahúr del Mississipi' y cómo manifestaba que Suárez había entrado en el Parlamento 'a la grupa del caballo de Pavía'. Recuerde la prepotencia y los desplantes parlamentarios y callejeros que tuvo que sufrir el gobierno centrista a manos de aquel socialismo entonces rampante y amenazador. No creo que ningún centrista histórico me deje por mentiroso si afirmo que la oposición socialista a la UCD fue una de las más sucias y brutales que se recuerdan en la historia de las democracias occidentales. ¡Cómo para que ahora los socialistas que políticamente le despreciaron y denigraron vengan con paños calientes históricos a reivindicar su memoria!

Pero es que, además, su memoria no necesita reivindicación porque si algo ha quedado claro en los últimos años es el papel capital que Adolfo Suárez y el centrismo político jugaron en la transición. Ello ha conllevado un reconocimiento institucional y popular sin precedentes y la seguridad (que para sí quisieran otros, y no miro a nadie) de pasar a la historia con una inmaculada hoja de servicios prestados a España, que el pueblo español en su conjunto conoce y aprecia. Que cada cual cargue con la cuota parte que le corresponde en haber promovido en su día la defenestración de tan gran hombre, pero que no sirva el paso del tiempo de coartada para interpretaciones interesadas y mixtificadoras.

De todos los valores que en el mencionado artículo se atribuyen al centrismo suarista el socialismo no le ha reconocido jamás ninguno y, aún hoy, cuando el tiempo transcurrido debiera ser más propicio para la enmienda, son excepción los socialistas que rompen esta norma y, cuando lo hacen, es, como en el caso que nos ocupa, para zaherir y atacar al Partido Popular que representa hoy en España las ideas que Adolfo Suárez siempre defendió.

Las circunstancias políticas son bien distintas y la nómina de partidos también lo es, pero el espíritu de humanismo, tolerancia, consenso y defensa de las libertades que UCD representó encuentra en el Partido Popular su natural continuación. Porque consenso hace referencia a una metodología que se aplica en el quehacer político por el Partido Popular, otra cosa es que pueda fructificar si el maximalismo infecta al oponente. Los tiempos que vivimos son de una prosperidad socioeconómica basada en la buena salud democrática de que goza nuestro país. Y esto es así aunque circunstancias puntuales o coyunturales traten de ser provocadas y explotadas para hacer parecer otra cosa. Y también es así porque las políticas que aplica el Partido Popular son de carácter equilibrado y centrista y se muestran eficaces, contrariamente al 'fallo de las soluciones del socialismo marxista y la inviabilidad de las del socialismo democrático' que ya Adolfo Suárez denunciaba en 1989.

Es seguramente por todo esto que Adolfo Suárez hijo ha decidido que es el Partido Popular el territorio natural del centrismo, y de ahí su decisión, que siendo pública y manifiesta la lealtad que este hijo tiene con su padre sin duda le habrá sido consultada por ser una decisión que transciende lo personal y se inscribe en lo simbólico. Por eso les duele a los enemigos del centrismo: a los descarados de entonces y a los camuflados de ahora.

Alejandro Font de Mora Turón es Síndic del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes Valencianas y ex miembro del CDS.

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