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Una donación permite al museo de Adra contar con fondos arqueológicos

El centro almeriense ha recibido ya la cesión de tres coleccionistas privados

Nació con voluntad de Museo Arqueológico hace tres años aunque la inexistencia de fondos propios le hiciera explorar con éxito el campo del arte contemporáneo. La paradoja de hallarse anexo al yacimiento arqueológico del Cerro de Montecristo, antiguo emplazamiento de la Abdera púnica y romana, y no contar con restos en sus vitrinas le excluyó de la Red Andaluza de Museos de la Junta. Pero la donación de Manuel Rodríguez, un vecino, de un lote de flechas, monedas, broches y botones romanos y de la época hispano-musulmana abre horizontes nuevos al museo abderitano.

El lote entregado el lunes pasado por Manuel Rodríguez, conocido como Polo, de 65 años, supone la tercera donación que recibe el Museo de Adra en los últimos tres años. A su lote de 35 piezas compuesto por una ánfora romana, tres elementos decorativos, 10 flechas, botones y monedas romanas e hispano-musulmanas, le precedieron otras dos entregas de aficionados al mundo de la arqueología.

En el año 2000 la familia Octobon, descendientes de un ingeniero francés que trabajó en el municipio en los años sesenta y setenta y que tenía por afición recoger trozos de cerámica y catalogarlos, donó al museo todas las reliquias recogidas por el cabeza de familia fallecido.

La segunda cesión se produjo aproximadamente un año más tarde de manos de José María Heras Toledano, afincado en Sevilla, pero con estrechos lazos en el municipio almeriense, hecho que le impulsó a entregar más de 100 piezas de material médico-quirúrgico de la época romana (aunque las piezas de la colección privada no proceden de Adra).

Pero ha sido la donación de Manuel Rodríguez la que ha abierto nuevas perspectivas al museo. Las reliquias entregadas aportan argumentos históricos sobre la ciudad de Abdera, entre los que se incluye una moneda acuñada en la ciudad, la primera que posee el centro.

'Por fin tenemos una que acuña la cabeza de Hércules, los dos atunes símbolos de Adra y una leyenda púnica. Para nosotros es un auténtico tesoro y un orgullo que queremos exhibir a todos los visitantes', explica Magdalena Cantero, directora del museo de Adra.

Descubrimientos

La acción de Manuel Rodríguez, animado por su hija, ha sido aplaudida por sus convecinos, que le paran por la calle para felicitarle y darle las gracias. El coleccionista, que dejó años atrás sus andanzas por los montes en busca de retazos de historia, comprende el alcance de sus descubrimientos e invita a emular su comportamiento a otros aficionados que conoce y que poseen patrimonio histórico. 'Animo a otras muchas personas a que hagan lo mismo. Hay gente que tiene auténticos museos en casa y es patrimonio del pueblo. Yo, por mi parte, cuando quiera ver las piezas que recogí en su día sólo tengo que ir al museo y contemplarlas', reflexiona el donante.

Son numerosas reseñas literarias de la antigüedad las que hacen alusión al Cerro de Montecristo, esa elevación natural de casi 50 metros de altitud sobre el nivel del mar y en la que se asentó la antigua Abdera.

Estrabón, P. Mela y Plinio mencionan en sus textos descripciones sobre aquel asentamiento. El tránsito de la antigüedad a la época medieval sigue arrojando al municipio grandes interrogantes, aunque algunas referencias históricas constatan que existió poblamiento hasta, al menos, el siglo VI d. C. y que Abdera continuó detentando cierta importancia al contar con sede episcopal. 'La donación hecha por Polo es la primera de un vecino que reside en el municipio y nos abre las puertas para presentar un proyecto museológico y museográfico para entrar en la red andaluza de museos. Y eso es vital para que el centro sea un centro vivo y activo', concluye la directora del Museo de Adra.

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