Matemáticas en Microsoft

Rosa García vuelve a casa para convertirse en la primera mujer que dirigirá la filial ibérica de Microsoft. Después de seis años trabajando en la central de la compañía, en Seattle, García regresa para sustituir a Francisco Román, que ha sido fichado por Vodafone. Esta madrileña de 37 años llega con la idea de reforzar la presencia de su compañía entre las pymes y mejorar lo que, según dicen, es su gran interés: el papel de la tecnología en los colegios.

Rosa García es matemática, y empezó a trabajar en la sede madrileña de Microsoft en 1991. Seis años después, fue raptada por Steve Ballmer, el presidente de la multinacional y número dos tras Bill Gates. Según dicen quienes le conocen, Ballmer es muy exigente con sus colaboradores directos, así que tuvo que apreciar cualidades especiales en García, a la que nombró directora de Proyectos Estratégicos Corporativos. Después la ascendió para que coordinara las relaciones de Microsoft con sus partners en todo el mundo, lo que la convirtió en la española más poderosa de la compañía de software.

Los que la conocen dicen que Rosa García es inteligente, trabajadora, extrovertida y abierta, y que también es ambiciosa. Ella misma confiesa que en España echará de menos 'la influencia que mi puesto tenía en el negocio mundial de Microsoft'. De Estados Unidos, además, García admira el trabajo en equipo y la planificación, aunque, según explica, echaba de menos las 'soluciones creativas' que aplican los españoles para resolver los problemas inesperados y las risas en situaciones delicadas.

García está casada y tiene dos hijos, de cuatro y siete años de edad, a los que asegura dedicar todo el tiempo que le queda libre. Cocina, les lleva al colegio, les ayuda con sus deberes y les lee libros antes de dormir. 'Toda mi vida gira en torno a mis hijos', dice. Por eso, considera una falta de respeto que las reuniones no empiecen y acaben a las horas marcadas.

La trayectoria de García es muy similar a la de Amparo Moraleda, la presidenta de IBM en España, que también ocupaba un puesto de gran responsabilidad en la central, también es joven y ambiciosa, y considera a su familia el eje de su vida. Como Moraleda, García espera que llegue el día en que el nombramiento de una mujer como máxima responsable de una compañía tecnológica no sea noticia. 'En todo caso, si mi ejemplo u otros, que ya estamos viendo en empresas españolas, sirven para que las mujeres se vean capaces de aspirar a puestos directivos y para que las compañías avancen más en esta línea, seguro que me sentiré satisfecha', añade.