Solemnidad oscura

Los norteamericanos Tool ofrecieron un apabullante concierto en el que el metal se alía con la psicodelia y, adquiriendo tintes de auténtica celebración mística, resulta un tremendamente amplificado rock oscuro, denso, solemne y ceremonioso. Sobre el escenario, el grupo ofrecía sólo una iluminación directa sobre el increíble batería Danny Carey, mientras los otros tres componentes quedaban en penumbra. Tan sólo resaltaba la imagen del agónico cantante Maynard James Keenan, recortada sobre unas enormes pantallas en las que se ofrecían vídeos de tremenda plasticidad y asombrosamente bien sincronizados con lo que el grupo iba tocando en directo.

En lo musical, la banda ofreció casi dos horas de actuación en las que repasaron los temas de su discografía, haciendo hincapié en los de su obra maestra Aenima y los de su último y exitoso Lateralus. Rock difícil de tocar y ejecutar, a sus incondicionales, sin embargo, prácticamente les hizo levitar. Una emoción compartida por todos los acólitos del culto Tool, aunque tanta solemnidad y lentitud era como un chill-out con el volumen muy alto.