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Columna
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Hernando

Me va a tener que disculpar Antonio Orejudo, mi colega de la izquierda de esta página si hablo hoy del diputado popular, o más bien neo-populista, Rafael Hernando, uno de los diputados por la circunscripción almeriense y con el cual el amigo Antonio tuvo algún que otro encontronazo escrito por razones que tenían que ver con las comunicaciones de Almería. Da igual el tema porque con este diputado puede tener encontronazos cualquier persona sensata, dada la capacidad de hipérbole y desmesura insultante que transmite cada vez que habla en sus bajadas por Andalucía.

Ahora la ha tramado con la huelga general; con el presidente Chaves la tiene cogida desde hace tiempo inmemorial. Resulta que este diputado por Almería nos advierte de que la huelga general va a convertir a la ciudad de Sevilla en un caos y el gran responsable de tamaño desastre va a ser por lo visto el presidente de la Junta. Ojos para ver. Chaves formaría parte ya de un piquete destinado a potenciar la huelga para hacer fracasar la cumbre europea y el buen nombre de España. 14 años después de aquel 14-D, cuando las mismas centrales sindicales hicieron una huelga general contra el gobierno en el que Manuel Chaves era ministro de Trabajo, resulta que, según la histérica visión del diputado Hernando, vemos ahora al mismo Chaves convertido en miembro de piquete, con casco y megáfono, distribuyendo panfletos por las calles al grito de '¡a la huelga general!'. La verdad es que Chaves intenta sobrellevar la esquizofrénica misión de combinar las actitudes de la responsabilidad de gobierno y la otra de oposición al PP por el decretazo laboral. De la huelga, como siempre, ya se encargan los sindicatos, que saben de esas cosas.

Por desgracia, el PP andaluz ya nos tiene acostumbrados a las subidas de tono y al uso de un lenguaje chusco para descalificar al adversario, lo cual no es sino el típico gesto de los niños de buena familia que, para hacerse notar, utilizan tacos y expresiones procaces. En lenguaje mesurado y en defensa de los intereses de los españoles, los dirigentes sindicales les están dando mil vueltas a estos parlamentarios populistas, trastornados porque no se les sigue la corriente en sus medidas laborales.

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