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La Iglesia vasca 'se retrata'

El criterio de los obispos contra la Ley de Partidos sintoniza con la opinión de unas bases eclesiales mayoritariamente nacionalistas

Aunque no lo decía con esa intención, el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, acertó con la imagen. 'La Iglesia se ha retratado', indicó ayer al valorar con contenida satisfacción el pronunciamiento crítico de los cuatro obispos del País Vasco contra la eventual ilegalización de su formación política. 'Efectivamente, el contenido de la carta pastoral, con todos sus matices, ofrece un retrato fiel de la realidad sociológica de la Iglesia vasca y de sus sentimientos mayoritarios, que son nacionalistas', constata un sacerdote de la Diócesis de Bilbao. A su juicio, la toma de postura, 'más política que moral', sobre la reforma de la Ley de Partidos supone un paso atrás en el camino de clarificación que había tomado la Iglesia tras la jubilación anticipada del anterior obispo de San Sebastián, en enero de 2000. La pastoral Preparar la Paz, salvando las distancias, ha vuelto a suscitar un revuelo como no se conocía desde la etapa de José María Setién. Sin embargo, hasta los sectores de la Iglesia vasca más discrepantes con la orientación del documento en sus puntos más polémicos reconocen que sus enunciados responden fielmente a la opinión que se palpa dentro del clero y de los núcleos eclesiales más activos.

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De hecho, hay quien piensa, y así lo apunta la pastoral en su introducción, que la causa inmediata de su publicación en estos momentos han sido los movimientos que se estaban produciendo desde instancias eclesiásticas y periféricas a ellas -principalmente en Vizcaya y Guipúzcoa- para que los obispos se pronunciaran de forma 'pública y explícita'. Es más que una casualidad que el mismo día en que se difundió el documento, el jueves, se presentara en Bilbao una iniciativa ciudadana promovida por personalidades del ámbito político, social y cultural de la franja nacionalista para celebrar el próximo día 15 una manifestación en la capital vizcaína con el lema No a la ilegalización. Todos los proyectos, todas las ideologías, todas las personas.

También es significativo el que los obispos del País Vasco no hicieran partícipe de su documento al arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, con quien sí han elaborado pastorales conjuntas (la última, la de la Cuaresma de 2000) o actos como la concentración por la paz realizada en enero de 2001 en Armentia, a las afueras de Vitoria. Fernando Sebastián conoció la pastoral el mismo jueves, en el curso de una reunión que tenía concertada en Pamplona con sus colegas de Euskadi y los superiores de las órdenes religiosas. No obstante, un portavoz del arzobispado precisa que monseñor Sebastián 'no fue consultado a la hora de redactarla y tampoco se le pidió su adhesión'.

Personas conocedoras de las relaciones entre las tres diócesis vascas aseguran que un documento de este tipo no se elabora en pocas semanas. 'En la pastoral hay puntos en los que se ha ido trabajando durante los últimos meses', señalan. Sin embargo, tienen pocas dudas de que el resorte para de su publicación ha sido la Ley de Partidos. 'En su conjunto, el documento se presenta como un traje para arropar la opinión contraria a la ilegalización de Batasuna', dictamina un seglar vinculado a los movimientos cristianos de base, que ve en su redacción la mano del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte. Los obispos, señala, no han podido, 'o no han sabido', resistirse a las presiones recibidas y 'han dicho de la Ley de Partidos prácticamente lo mismo que ha dicho el PNV o EA, y que es lo que piensa la mayoría de la gente que les rodea'. Sin embargo, les reprocha que asuman una posición de 'magisterio moral' para emitir una opinión de simple oportunidad. '¿Dirían lo mismo si se tratara de ilegalizar el partido de Le Pen, que las consecuencias serían sombrías?', se pregunta.

Un miembro del clero de Guipúzcoa afirma compartir el mensaje de la pastoral, aunque admite que los obispos quizá no calcularon que el pronunciamiento contra la ilegalización de Batasuna iba a ocultar las otras cuestiones del documento, que considera 'de enorme calado', como el nítido rechazo del 'terrorismo de ETA', la denuncia de la situación de los cargos del PP y PSOE amenazados y la quiebra de la democracia que supondría que no pudieran presentar candidaturas en las municipales.

Sin embargo, un colega vizcaíno relativiza el valor de esos avances. 'Es cierto que tras la retirada de Setién hay más proximidad a las víctimas y los mensajes de la Iglesia son mucho más claros frente a la violencia, y la prueba es que la propia ETA le acusó de perder su 'neutralidad'. Pero su percepción del problema vasco y de la forma de resolverlo sigue estando impregnada por la visión nacionalista'.

Los estudios del CIS y la Fundación Santa María de 1999 y 2000 indican que el 77,7% de los vascos se define católico, pero que sólo un 30% acude regularmente a la iglesia (un 25% en el conjunto de España). Sin embargo, la influencia social de la Iglesia en el País Vasco continúa siendo notable y su voz casi nunca pasa desapercibida. Hay quien reprocha a los obispos que se resistieran -'con buen criterio'- a respaldar el Pacto Antiterrorista suscrito por el PP y el PSOE y que, por el contrario, hayan abrazado la postura de las fuerzas nacionalistas en lo que se refiere a la Ley de Partidos, obviando además una 'crítica moral' a Batasuna. Y tampoco falta quien advierte del peligro de que la fractura que se produce en la sociedad entre nacionalistas y no nacionalistas comience a darse en el seno de la Iglesia, por no considerarse los votantes del PP y PSE acogidos en la 'sintonía en la que emiten sus pastores'.

Encuentro de Oración por la Paz  celebrado en Armentia (Álava) en enero de 2001.
Encuentro de Oración por la Paz celebrado en Armentia (Álava) en enero de 2001.P. J. PHANSE

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