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La CAM y Bancaixa consiguen el grueso de las acciones de SCH en Aguas de Valencia

Los socios renuncian a su derecho de tanteo y las cajas tendrán el 26% de la empresa

Las cajas valencianas se harán cargo, finalmente, del grueso de las acciones del Santander Central Hispano en Aguas de Valencia (21,97%). Un acuerdo entre todos los accionistas de renunciar al derecho de tanteo ha conseguido eliminar las trabas iniciales a esta operación. La Caja de Ahorros del Mediterráneo comprará el 5% de las acciones del SCH y Bancaixa se quedará con el 10,97%. Con este acuerdo se libera al Banco de Valencia de comprar una parte de las acciones en venta y se reduce al 3% el porcentaje que se quedan las constructoras Facsa y Lubasa.

La CAM y Bancaixa entran en Aguas de Valencia. Ese es el resumen del último movimiento accionarial en el seno de la empresa, que este año renovó por 50 años la concesión del abastecimiento de la ciudad de Valencia. La operación supondrá unos ingresos para el banco de 32,5 millones de euros, unos 13 millones por encima de su valor bursátil.

La operación, iniciada en abril cuando el SCH anunció la venta de su participación en Aguas, aún debe formalizarse, aunque cuenta con el beneplácito de todos los socios de la empresa hídrica valenciana. Un beneplácito que supone renunciar al derecho de tanteo y permitir, por tanto, la entrada de la cajas. La puesta en venta del 21,97% de las acciones del SCH en la empresa que preside Vicente Boluda dio paso a una operación inicial en la que las dos cajas se hacían cargo del grueso de esta participación para incoporarla a la corporación financiera que proyectan. La iniciativa levantó el rechazo de otros accionistas de la sociedad hídrica, especialmente del grupo francés Bouygues, socio mayoritario de Aguas, con un 33%, a través de su filial Saur Internacional. Los accionistas reivindicaban su derecho de tanteo y, en consecuencia, dificultaban el acceso de Bancaixa y la CAM al existir un acuerdo en el seno de Aguas que limitaba las participación de los socios al 33%, pero establecía sanciones económicas de tres millones de euros por cada punto que superara el límite, y regulaba el derecho de tanteo.

Tras esta situación se dio casi por hecho que el Banco de Valencia compraría la mayor parte de estas acciones y que las constructoras castellonenses Facsa y Lubasa pasarían a tener del 4,82% al 10,9% y del 3,94% al 9,9% respectivamente. Durante unos días fuentes extraoficiales aseguraban que esta venta estaba cerrada.

Las fuentes consultadas explican que el acuerdo final también abre la puerta a que el grupo francés pueda ampliar su techo de participación en Aguas en el futuro, el tiempo que se le reconoce como socio tecnológico de referencia. Aguas de Valencia queda participada en un 33% por Saur Internacional, en un 21,10% por el Grupo Bancaixa, un 11,45% para Boluda Shipping, un 6,94% para Lubasa, 7,82% para Facsa y un 5% por la CAM.

Una operación dirigida

La Generalitat ha conseguido encauzar el último capítulo accionarial de Aguas de Valencia. El Santander Central Hispano (SCH) quería desprenderse de sus participaciones no estratégicas desde que el equipo de Botín tomó el control. Una de ellas era la de la empresa hídrica valenciana, que el SCH decidió poner a la venta el pasado mes de abril. Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat, y Emilio Botín, máximo responsable del SCH, mantuvieron una entrevista en la que se sentaron las bases del acuerdo alcanzado. En síntesis: Botín marcaba el precio que quería por las acciones del Santander y Zaplana facilitaba la adquisición de las mismas. El único problema que existía era el derecho de tanteo, pero el acuerdo entre los socios de Aguas desbloqueó la situación y permitió la entrada de Bancaixa y de la CAM, avanzando así en el proceso de valencianización de la empresa promovido desde el Partido Popular. Proceso que encontró dificultades por la intención del grupo francés de Bouygues que quería comprar parte de las acciones del Santander y por las reticencias del Banco de Valencia a adquirir un paquete de acciones tan importante como el del Santander a un coste tan elevado. Las negociaciones, encauzadas desde Presidencia, han acabado con un acuerdo que satisface al Consell.

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