Donde cae el 'resencio'
Rodeado de castaños, destaca por su valor arquitectónico, los atrayentes mitos y un singular diccionario local
El origen legendario del topónimo de Fuenteheridos es tan bello que menos mal que debe ser un cuento. Dicen que los vecinos, cuando el pueblo dependía de Galaroza, escribieron a las autoridades una carta que arrancaba así: 'Los vecinos de La Fuente, heridos en su amor propio..' Y así, al tiempo que reclamaban su independencia, se inventaron su propio nombre.
Es uno de los mitos que explican el nombre, aunque hay otra curiosa explicación, recogida en la página oficial de Fuenteheridos en Internet, que atribuye el origen del nombre a las contiendas de la Reconquista, cuando los heridos eran cuidados con agua de la fuente.
Porque sí algo es real en esta población, enclavada en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva), es la fuente de los Doce Caños, que mana agua procedente del generoso acuífero de la zona en pleno corazón urbano (la plaza del Coso). Fuenteheridos es casi tan rico en agua como en mitos. Además de los que rodean a su topónimo, es bien popular la historia del tesoro de Tinoco, quien por lo visto ocultó su dinero con tal celo que todavía hoy no ha sido encontrado, a pesar de que se rastreó su casa y alrededores.
Palabras propias
Arropado por castaños, el término municipal de Fuenteheridos ocupa 1.092 hectáreas, que ofrecen diversas opciones para caminar. Una de ellas es el sendero de las Minas, que arranca de la calle Puente y culmina en la carretera de Los Marines después de seis kilómetros de ruta. Otra opción más corta (cuatro kilómetros) es la que va desde el camino de Los Marines hasta el callejón de los Prados. Hasta Alájar también se puede realizar una ruta de seis kilómetros, que parte de la calle Reina de los Ángeles, en Fuenteheridos, y culmina en la calle Rosales, en Alájar. Las alternativas campestres son suficientes para que cualquiera se 'empique', que es la palabra tradicional para referirse a las aficiones a algo o alguien en Fuenteheridos.
El diccionario local está plagado de palabras chispeantes (por lo divertidas) y extrañas (por lo ajenas al castellano actual), ya sean las que designan cosas (una jabicha es una habichuela y el resencio, el rocío nocturno) o actos (enguachinar para decir que algo está demasiado lleno de agua y espeluciar por despeinar). La pervivencia de tales términos probablemente está 'en tenguerengue' (precario equilibrio).
El despegue experimentado por toda la comarca en los últimos años, vinculado sobre todo al turismo rural y a la ganadería de dehesa, tiene también su coste en la pérdida de las singularidades locales y en la transformación de otras, como el ambiente de la plaza del Coso, que ofrece una estampa colorista por la mezcolanza de gentes que se concentran en ella en periodos de vacaciones para tapear en los bares que la rodean.
El reino de las patatas
Si el origen del topónimo es un tanto incierto, sí parece más clara la génesis del gentilicio, que obedece a la perfecta adaptación de uno de los cultivos llegados a la península desde América que ha tenido más éxito: la patata. Las tierras de Fuenteheridos resultaron idóneas, y sus habitantes pasaron a denominarse 'paperos'.
La gastronomía de la zona es, de hecho, otro de los atractivos de la visita a la localidad onubense, una de las de mayor altitud de toda la provincia con 717 metros sobre el nivel del mar. La sopa de setas, el caldillo de matanza, las torrijas o el potaje de castañas son algunos platos típicos de la zona, que aprovechan productos muy apreciados en toda la comarca de la sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Además de las opciones de paseo por los alrededores, los valores arquitectónicos del casco urbano de Fuenteheridos se han declarado conjunto histórico-artístico. Entre los puntos de interés, además de perderse por las calles sin más mapa que el azar, destacan la plaza de toros construida en 1885, la iglesia parroquial del siglo XVIII, reconstruida tras el terremoto de Lisboa, o la plaza del Coso, que cuenta con un gran cruz de mármol extraído de las canteras de la localidad, que se explotaron hasta el siglo XIX. Un pueblo con múltiples ofertas para empicarse.
Grutas y robles
- Dónde: Desde Sevilla se parte por la ruta de la Plata. A una treintena de kilómetros hay un desvío hacia la N-433 que va hacia Portugal y la sierra de Aracena y que pasa por Fuenteheridos. Está a 79 kilómetros de Sevilla y a 115 de Huelva.
- Cuándo: En otoño todos los pueblos de la zona adquieren un encanto especial por las tonalidades y la caída de las hojas de robles y castaños. Pero en verano son altamente recomendables para aquellas personas que quieran eludir los sofocones de zonas andaluzas menos boscosas. El verano coincide también con numerosas fiestas populares.
- Alrededores: Todos los pueblos de la comarca tienen algún encanto. Algunas visitas de interés son citas casi obligadas (y muy populares para bien y para mal) como la gruta de las Maravillas y el castillo, en Aracena, los bosques de castaños y robledos que rodean (y dieron nombre) el pueblo de Castaño de Robledo. El pico del Castaño, con 962 metros, es el punto más alto de la provincia de Huelva. A pocos kilómetros de Fuenteheridos está Valdelarco, uno de los pueblos más pintorescos de la zona.
- Y qué más: Se puede obtener información sobre rutas de senderismo o historia local en las páginas de Fuenteheridos (www.fuenteheridos.org). El teléfono de información del ayuntamiento es 959 12 50 02.
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