El terrible Chilavert y su viejo desafío
El portero sigue fiel a las dos obsesiones enfermizas de su carrera: la polémica y marcar un gol
DEFENSA, DEFENSA
La defensa, sobre todas las cosas. Por eso Cesare Maldini, el preparador italiano que lleva ahora las riendas, encaja totalmente en Paraguay. Con un dibujo diferente al tradicional (4-4-2 y no 5-3-2), pero con el mismo acento conservador que en Francia 98. Paraguay, aunque con muchos apellidos iguales, es menos que entonces. Ha envejecido, pese al toque juvenil que aporta su máximo argumento ofensivo, el alemán Roque Santa Cruz, de 20 años, y lo acusa. Están Ayala y Gamarra, una pareja de centrales sólida, y Arce y Caniza, dos laterales de largo recorrido; Acuña, excelente centrocampista... Pero no asusta. Salvo que Chilavert diga otra cosa.
Ausente ante Suráfrica, Chilavert reaparecerá ante España. Saltará al campo con una cinta roja en la muñeca o en el tobillo y con un balón en su poder. Luego, se persignará y tocará tres veces el larguero. Habrá diez futbolistas más sobre el campo, un seleccionador y una táctica ultraconservadora. Pero Paraguay será otra vez lo que diga y haga Chilavert.
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