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Crónica:Final de la Copa del Rey | BALONMANO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Tercer milagro del Ademar

El equipo de León superó al Ciudad Real en la despedida de Vujovic

El milagro del Ademar se produjo por tercera vez en su historia y justo el día en que Veselin Vujovic, entrenador del equipo rival, el Ciudad Real, se despidió del balonmano español. En los tres últimos años los leoneses han ganado tres títulos que recompensan su trayectoria ascendente: la Copa Asobal (1999), la Liga (2001) y la Copa del Rey (ayer). 'Es un orgullo para todos nosotros', comentó Manolo Cadenas, el técnico del cuadro leonés, que tuvo que ver el partido desde la grada por culpa de una sanción: 'Este título es un sueño que nos planteamos hace un mes y que ahora vemos cumplido'.

No es fácil armar un equipo cada año con un presupuesto más limitado que el de los rivales más directos. Cada final de temporada, aunque al parecer ésta será la excepción, el Ademar pierde a algunas de sus figuras más importantes y Cadenas se ve forzado a empezar de nuevo. El año pasado se quedó sin dos piezas fundamentales: Entrerríos (Barcelona) e Iker Romero (Ciudad Real). Sin embargo, el Ademar volvió a acertar en los fichajes, especialmente en los de los noruegos Kjelling y Vatne, y luchó hasta el final por el título de la Liga, se mantuvo en la lucha por el de la Copa de Europa y exhibió un alto nivel de competitividad hasta el mismo final del ejercicio.

ADEMAR DE LEÓN 31| CIUDAD REAL 28

Ademar: Hvdit (Torrego); Pérez (3), Bartok (5), García (1), Castresana (1), Kjelling (13, 3 d.p.), Krivochlykov (4); Colón (2), Carton, Belaustegui (2), Entrerríos, Rodríguez y Vatne. Ciudad Real: Núñez (Wiechers); Trives (4, 2 de p.), Lubian (4), Uríos (6, 1 de p.), Pérez Canca (1), Pogorelov, Romero (9, 2 de p.); Fog, Ortega, Duishebáev (3), Fernández y Hjermind. Árbitros: Amigó y Costas. Descalificaron a Pérez (m. 37). Unos 3.000 espectadores en el Palacio de los Deportes Infanta Cristina, de Torrevieja.

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Ayer, los dos noruegos fueron piezas clave en el Ademar. No fue un gran partido, pero estuvo salpicado de emoción y el espectáculo quedó salvaguardado. Más que un gran balonmano, lo que se vio fue un duelo feroz de defensas que, en muchas ocasiones, sobrepasó los límites de la deportividad. Como en tantos otros deportes, la fuerza ha desplazado a la técnica y ahora resulta lubrificante poder presenciar algunas jugadas imaginativas del central del equipo manchego, Duishebáev, uno de los pocos de la vieja escuela. Sin embargo, la creatividad atacante y el riesgo defensivo -con defensas al hombre y 4-2 sobre los laterales en los momentos de más apuro- no le sirvieron esta vez a Vujovic. El Ciudad Real se estrelló frente a una barrera defensiva más sólida, más infranqueable y mejor físicamente, y en la defensa no contó con la indispensable aportación de los porteros. 'Hemos pasado los últimos 30 minutos sin que parasen un balón', acusó el yugoslavo.

El Ademar sólo pasó un momento de apuro cuando, ganando 18-14 en el minuto 37, sufrió la descalificación de su central Diego Pérez. Entonces el húngaro Bartok cogió el timón. Sin embargo, incluso en los momentos de máxima tensión, el Ademar contó con el brazo inquebrantable de Kjelling (13 goles) y con la aportación de Bartok, que cuadró sus mejores 20 minutos (los finales) de la temporada. Kjelling recibió el trofeo al mejor jugador del torneo. Y el del Ademar, el danés Hvdit, el de mejor portero. Esto explica mucho.

Los jugadores del Ademar mojan su alegría en la fuente del Pabellón Infanta Cristina de Torrevieja.
Los jugadores del Ademar mojan su alegría en la fuente del Pabellón Infanta Cristina de Torrevieja.EFE

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