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Varios tramos de la nueva barandilla de acero de la Gran Vía presentan ya serios desperfectos

Golpes de camiones y vándalos han estropeado el adorno, cuya instalación está a medias

Las obras de remodelación de la Gran Vía avanzan y, a la vez, retroceden. La nueva barandilla que el Ayuntamiento de Madrid está instalando en esta calle ya ha sufrido desperfectos cuando aún no se ha terminado de instalar. Los camiones de carga y descarga y actos vandálicos han deteriorado varios tramos del tubo de acero inoxidable. El área de Obras se ha visto obligado a situar la barandilla más hacia la acera -y, por tanto, más lejos de la calzada- para evitar los golpes de los vehículos, además de tener que reparar los golpes que la han causado los gamberros.

La nueva barandilla de la Gran Vía, que mide 2.500 metros, forma parte de la remodelación que el Ayuntamiento inició en agosto del año pasado para dar una nueva imagen a esta emblemática arteria comercial y por la que pasan al día miles de personas. El área de Obras del Ayuntamiento diseñó para la Gran Vía aceras con menos estorbos para el peatón, pavimento de granito en dos colores que delimitan la zona de paso y de servicios (donde se alinean quioscos de prensa, papeleras y marquesinas de autobús), farolas de diseño que reducen la contaminación lumínica y una fina barandilla de acero inoxidable que sustituye a las robustas jardineras actuales.

La inversión total de la remodelación ha costado 5.250.000 euros y el Consistorio prevé que las obras estén terminadas el próximo otoño.

Pero la nueva barandilla de la Gran Vía, cuando aún no se ha terminado de instalar, ya ha sufrido serios desperfectos en algunos tramos, sobre todo en el que va desde la calle del Clavel hasta la de Alcalá (a la altura del hotel Gaudí). 'Lo que ha ocurrido es que se han producido actos vandálicos y en algunos tramos alguien la ha golpeado con mucha fuerza con una barra de hierro', explicaron ayer fuentes de la Concejalía de Obras. Los operarios han tenido que volver a instalar la barandilla, pero en tramos de tres metros de longitud, en vez de de forma continua. El Ayuntamiento pretende evitar así que con un nuevo golpe se dañe toda la instalación.

Además, como la barandilla está colocada justo en el bordillo, los vehículos- y sobre todo los camiones de carga y descarga- que se acercan demasiado a la acera también han dañado la instalación. 'Ahora, para evitar los golpes de los camiones que paran en la Gran Vía, estamos metiendo la barandilla hacia la acera unos centímetros', afirmaron fuentes municipales.

De momento, el Ayuntamiento no tiene previsto cambiar el acero inoxidable de la nueva barandilla por otro material más consistente. 'Este material ofrece las suficientes garantías de resistencia en circunstancias normales de uso', aseguraron fuentes municipales. 'Ante actos de vandalismo no es posible asegurar la durabilidad de ningún elemento del mobiliario urbano', añadieron. Además, según las mismas fuentes, las obras de reparación no van a suponer ningún coste adicional para las arcas municipales.

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Ayer por la mañana, decenas de personas se apoyaban o se sentaban encima de la barandilla, bien para esperar a alguien o simplemente para tomar el sol. En algunos tramos, los tornillos que sujetan la instalación al suelo estaban sueltos y, al apoyarse, la barandilla sufría un leve balanceo. Mientras, los operarios continuaban trabajando en el tramo que va de la Gran Vía a la plaza de España, en el acondicionamiento de las aceras.

'Que no dure dos días'

Para evitar que vuelva a deteriorarse la barandilla de la Gran Vía, PSOE e IU exigieron al Ayuntamiento que utilice, tanto en esta instalación como en otros mobiliarios urbanos, material antivandálico. 'Si no usan material antivandálico, que es perfectamente compatible con el diseño, luego viene el gasto en el mantenimiento y el deterioro', denunció la concejal socialista Marta Rodríguez Tarduchy. 'Ahora tienen que meter la barandilla más hacia la acera para evitar los golpes, penalizando así al peatón. ¿Por qué no amplían el bordillo y quitan espacio a la calzada?', añade la concejal.

El concejal de IU, Justo Calcerrada, coincidió con Rodríguez Tarduchy en que el acero inoxidable no es el mejor material para una barandilla en una de las calles más importantes de Madrid y en la que continuamente se está apoyando la gente. 'Hay que poner un material que persista y que no dure dos días y, por supuesto, que también guste', comentó Calcerrada. 'El Ayuntamiento tenía que haber consultado con los vecinos antes de comenzar la remodelación de la Gran Vía para saber cómo les hubiese gustado a ellos que fuese', concluyó.

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