La oposición pide el proyecto de conexión del AVE con el aeropuerto

La oposición reaccionó ayer airada ante la polémica que mantienen el Gobierno de CiU y el Ministerio de Fomento. El consejero de Política Territorial, Felip Puig, sostiene que ha entregado al ministerio un documento sobre la conexión del AVE con el aeropuerto y el secretario de Estado para Infraestructuras, Benigno Blanco, lo desmiente. El diputado Joan Boada (ICV) calificó ayer la situación de 'espectáculo de charlotada' y anunció que su formación pedirá explicaciones al Gobierno, además de reclamar el plan con fecha de entrada en el ministerio 'para saber quién miente'. Los socialistas, por su parte, presentaron ayer una proposición no de ley para reclamar que el Gobierno de CiU tramite de una vez el proyecto apalabrado hace 15 meses.

La proposición, elaborada por el diputado Manel Nadal (PSC) se interesa también por los problemas del trazado del AVE tanto en lo referente a la conexión con el aeropuerto como a lo relacionado con los posibles incumplimientos de calendario y con las dificultades en los municipios de Sant Sadurní y El Prat.

Boada atribuyó ayer la situación a la 'ineptitud' del titular de Política Territorial, Felip Puig. 'No consigue nada en la negociación del AVE, pero tampoco en otros asuntos', dijo Boada, que añadió: 'Eso sí, habla siempre con una prepotencia absoluta y mantiene una actitud chulesca que parece buscar únicamente la crispación'. Puig, siguió diciendo Boada, compagina los desplantes a medio mundo con una sumisión absoluta ante el Partido Popular, ante el que anda siempre con una actitud 'servil y mendicante'.

En opinión de ICV, la actitud de Puig busca una cosa muy simple: que no haya acuerdos en nada. Ni en el AVE ni en peajes; ni con la Administración central ni con las locales. El Gobierno de CiU, explicó Boada, ha sacado grandes frutos del victimismo, de modo que Puig prefiere que no se solucione nada para poder seguir echando las culpas a otro. 'Las dos administraciones ofrecen un espectáculo vergonzoso, pero la catalana hace el ridículo de forma más notable'.