Los psiquiatras avalan el relato de acoso sexual descrito por Nevenka

La narración en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León de los psiquiatras y psicólogos que trataron a Nevenka Fernández dio ayer un paso definitivo en el conocimiento de los motivos que llevaron a la ex concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Ponferrada a formular una querella criminal contra el alcalde, Ismael Álvarez, por acoso sexual. Los peritos señalan que el relato de la ex edil no presenta 'incongruencias' y es 'sincero y verosímil'.

Nevenka Fernández, de 27 años, no había acudido nunca a un psicólogo antes de ser concejal. Su paso por el ayuntamiento de Ponferrada; su breve relación sentimental con el alcalde; el acoso al que se vio sometida tras rechazar semanas mas tarde más contactos sexuales con él; el presunto atosigamiento del político; el vacío de sus compañeros en el trabajo y, en definitiva, el acorralamiento sufrido, llevaron a la mujer a un estado de angustia, miedo, ansiedad y a un cuadro depresivo con vómitos y retorcimientos, en el que planeó, en algún momento de agosto de 2000, la muerte como única salida.

En esta descripción coincidieron ayer, con algunos matices, los cuatro profesionales psiquiatras y psicólogos propuestos por la acusación particular y el fiscal.

José Amador, médico forense propuesto por la fiscalía, no ha encontrado incongruencias ni fabulaciones en el relato de Nevenka, que calificó de 'verosímil', 'sincero', 'con peso' y con un 'cuadro clínico que puede apoyar la existencia de acoso sexual'. Para el médico forense, la joven demostró que esforzándose ante un reto se desenvuelve con soltura, lo que avala que el trabajo en el ayuntamiento no causó su mal, sino mas bien la luz de gas que soportó en un ambiente hostil hacia su persona, sin poder contar nada de lo que le ocurría. En un momento de la entrevista con el forense, Nevenka Fernández le llegó a decir: 'Si hubiera sido capaz, hubiera resistido, pero no pude'.

La primera vez que sintió 'que no podía más', acudió al Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, el día 25 de septiembre de 2000. Allí, la doctora Rosa Mollá la atendió ante la brutal angustia que la producía tener que regresar a Ponferrada. 'No tuve ninguna duda, no hubo ningún elemento que fuera falso', dijo Mollá.

'Estaba abrumada, con una ansiedad terrible, confusa, no sabía qué hacer, no quería provocar escándalos en su pueblo, su casa, sus amigos, pensó en dimitir, huir, dejarlo todo. Le recomendé una baja laboral, necesitaba cierta distancia, un psiquiatra. Me pareció absolutamente congruente lo que decía. Trasmitía una angustia enorme. Su relato encajaba en lo que yo entiendo por acoso sexual', afirmó ayer en la Sala Rosa Mollá.

Para Alfonso Hurtado, psiquiatra, de Ponferrada, propuesto por la acusación, 'el acoso sexual es una cosa más de las que le ocurrieron a Nevenka'. 'Tenía desde pánico a oír la voz del alcalde, hasta no poder ir al ayuntamiento a recoger la baja'.

José Antonio Bustos, psicólogo y psicoanalista, que trata a la joven desde 2000, fue contundente al describir lo que causó el trauma a Nevenka: 'La vivencia del paciente es la definición del acoso: sin salida, y uno está en el otro'. 'Revivir lo ocurrido', añadió, aún le lleva hoy a una angustia máxima'.

Juan José Arechederra, psiquiatra de la defensa, discrepó sobre la etiología de los males de la joven, aunque reconoció que a tenor de los informes de sus compañeros -él no vio a la presunta víctima-, no hay fabulación en la narración. Los diagnósticos de los psiquiatras se movieron entre un trastorno adaptativo y un estrés postraumático.

Al final de la sesión de ayer, las partes elevaron a definitivas las calificaciones provisionales. El fiscal Gregorio Segurado mantuvo la petición de su predecesor, José Luis García Ancos, de 15 fines de semana de arresto para el alcalde por un delito de acoso sexual y 6.000 euros de multa. La acusación particular solicita un año de prisión e inhabilitación y 18.000 euros de indemnización. La defensa mantiene la petición de libre absolución del edil.