Las obras de la Ronda Oeste de Córdoba sacan a la luz una nueva necrópolis califal con 1.700 tumbas

Las obras de la Ronda Oeste de Córdoba han puesto al descubierto una necrópolis califal que contiene al menos 1.700 tumbas. No es la única; se trata del tercer cementerio islámico que sale a la luz desde que comenzó a construirse esta vía de circunvalación. Junto a la nueva necrópolis han aparecido unos baños, una mezquita, una almunia y un extenso arrabal, todo datado entre finales del siglo IX y principios del XI. También se ha encontrado un acueducto romano. Cultura y Obras Públicas cooperan para compatibilizar la conservación y el desarrollo de la carretera.

Francisco García, delegado provincial de Obras Públicas, afirmó ayer que la ronda no sufrirá retrasos importantes. De acuerdo con sus cálculos, el tramo I, el que ha destapado la mezquita y los baños, es el más complejo técnicamente, porque incluye un puente sobre el Guadalquivir, y se habrá concluido en los primeros meses de 2003.

Rafaela Valenzuela, delegada de Cultura, anunció que, con toda probabilidad, el trazado de la vía se modificará levemente en beneficio de las estructuras más importantes: la mezquita, un edificio muy pequeño, con una sola nave de unos 15 metros de largo, y los baños aledaños, donde se puede ver aún parte del horno en el que se calentaba el agua. García detalló que este ligero desvío del eje de la calzada servirá para ganar unos 10 metros y preservar estas valiosas estructuras.

El acueducto también se conservará in situ, modificando la cota de la carretera, de modo que los restos romanos queden por debajo y no sufran daño alguno. Las viviendas del arrabal, según los planes conjuntos de Cultura y de Obras Públicas, podrán mantenerse e integrarse dentro del 'corredor verde' que rodeará la Ronda, con la función de suavizar el contacto entre la vía y la ciudad.

En cuanto a los enterramientos, sólo se intervendrá en los que coincidan con el trazado de la vía, exhumando los restos y trasladándolos para su conservación.

Hasta ahora la excavación ha destapado una superficie de unos 10.000 metros cuadrados. Cristina Camacho, la arqueóloga que dirige los trabajos, cree que lo lógico es que aparezcan más tumbas.