El alcalde Mendiluce

Entiendo el disgusto del PSOE con José María Mendiluce. Ya era hora. Sobre todo teniendo en cuenta que, desde que dejara su labor al frente de ACNUR, el partido socialista ha sido para él la plataforma desde la que ha seguido gestionando su propia imagen. Vía conferencias o vía creaciones literarias. Alguna de las cuales, además, con premio de finalista incluido, que lleva aparejado más el interés económico del autor que su calidad literaria. Sin olvidar el escaño en el confortable Parlamento Europeo.

Y todo esto para alguien que hace del compromiso -eso sí, siempre desde la 'independencia'- y de la solidaridad su principal tarjeta de visita. Un compromiso que reaparece ahora, transfigurado en populismo, con el objetivo de salvar a los progresistas 'decepcionados' de Madrid de las garras de una derecha 'cutre, reaccionaria, casposa y provinciana'.

Más le valdría al señor Mendiluce cumplir, aunque sea mínimamente, con el partido que le ha dado cobijo durante tanto tiempo. Aunque sea dimitiendo a tiempo de su escaño de eurodiputado. Por lo menos demostraría algo de coherencia política. Y permitiría aún dudas razonables sobre una decisión que, por lo que parece, sólo beneficia a su persona. Y, tal como están las cosas, a otro populista en discordia y además popular, Álvarez del Manzano, que tiene que estar frotándose las manos ante la que le viene encima a la izquierda en Madrid como esto no se encauce.