En esa apartada orilla
Lo poético se adentra en lo escénico en el sábado más ecléctico del festival Barcelona Poesia
El sábado prosiguió el acérrimo combate, que ya duraba tres días, entre los elementos y el festival Barcelona Poesia. Siguió lloviendo sin cesar toda la jornada, pero fue este último el que se llevó el verso el agua. Un rotundo tres a cero, en forma de tres espectáculos de naturaleza tan distinta que llevan a pensar que Bécquer se quedó corto: Poesía eres tú, y muchas cosas más.
Poesía en el sentido contemporáneo (que perfectamente define el título de la sesión, Perfil d'interiors) la hubo por la tarde, bajo el excepcional paraguas de la sala hipóstila del Park Güell, donde ya hubieron de refugiarse los poetas en el acto de inauguración del festival. Esta vez se trataba de cinco voces femeninas (Blanca Andreu, Juana Castro, Concha García, Angeles Mora y Tònia Passola), la primera incursión propiamente dicha de estos Set Dies de Poesia en la sensibilidad de hoy: 'esencialidad y misticismo bien enraizados, sin embargo, en la vida cotidiana', tal como rezaba la convocatoria. O sea, el mejunje de nuestros días.
Poesía en el sentido clásico, en cambio, la hubo, y a raudales, en la sesión vespertina: L'amor als clàssics espanyols, un recorrido por la mejor poesía amorosa española a cargo de los actores María Luisa Merlo y Pedro Civera. Es decir, solemnes declaraciones de amor, solemnes desengaños, solemnes conquistas y muertes solemnes. Todo rimado, por supuesto: un verdadero festín del pareado y la cuarteta. La impecable dicción de los actores, que no en vano han triunfado con este montaje por América Latina, hizo resonar por el porticado del Verger del Museu Marès romances épicos, llantos a la malcasada y espiritualidad romántica con la firma de los más ilustres: Manrique, Santa Teresa, Lope, Zorrilla, Góngora... Y un poco de humor, apenas una gotita, de Quevedo, el desdramatizador.
Pero lo que de veras agradó al respetable, más respetable que nunca por razones de edad, fueron las escenas dramatizadas: Merlo y Civera desdoblándose en rancias parejas ahora calderonianas, ahora donalvarianas y su fuerza del sino... hasta concluir, por supuesto, con la escena del sofá en que la pobre doña Inés se abandona sin remedio en brazos del Tenorio. El público se lo pasó en grande con este salto en el tiempo, quizás agradeciendo que por un vez las pasiones sean pasiones de verdad, aunque, todo hay que decirlo, el recitado a cargo de profesionales confirmó lo que ya se había apuntado en una sesión de hace dos años: los actores son actores hasta cuando leen las acotaciones, lo que le resta verosimilitud a la cosa.
Finalmente, ya en horario golfo, Barcelona Poesía se dejó llevar por su vocación ecléctica, tal como gusta de resaltar David Castillo, organizador del festival junto con Esther Zarraluki, hasta un lenguaje bastante alejado de la palabra: las marionetas. A las doce de la noche, en el Convent dels Àngels, Jordi Bertran ofreció una antología de sus espectáculos calificada para la ocasión de 'musicoplasticoteatral'. Que las piezas de sus personajes (Dalí, Louis Armstrong, Pau Casals, Pep Bou...) apenas den importancia al verbo es lo de menos, porque a un trabajo de esta belleza, sobrecogedora, habría que hacerle espacio incluso en la Fira del Tractor de Llardecans. Bertran, que además de titellaire vertiginoso es cantautor, se permitió el lujo de ironizar con su presencia allí mediante un escatológico 'poema topeic' ejecutado por un payaso delicioso, una mezcla de Charlie Rivel y Tortell Poltrona. Sin ninguna duda, lo mejor de lo visto hasta ahora. Jordi Bertran repetirá actuación, junto con Joan Vinuesa, mañana a las 21.00 horas en el Bar Almirall (Joaquim Costa 29).
Antes que eso, sin embargo, están las sesiones previstas para hoy: apertura de las Jornades de Poesia i Mestissatge (Universitat de Barcelona, 11.30 horas); entrega de premios de los Juegos Florales (Saló de Cent, Ajuntament de Barcelona, 19.30 horas.); Entre cultures, con poetas de distintas comunidades (Pati Manning, 22.00 horas) y, en el off-festival, Poetes a la barra (Bar Margarita Blue, 21.00 horas).
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