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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

'Hable con ella' o la violé porque era mía

Siento tener que escribir esto, pero creo que Pedro Almodóvar es misógino. Me tenía con la mosca detrás de la oreja desde Átame y Kika, de la que no quiero ni acordarme, aunque disimuló bastante bien en Mujeres al borde..., y nos hizo reír con Pepa y su amiga, la ingenua novia del terrorista chiíta; en Todo sobre mi madre se le fue un poco la olla con aquel extraño travestido de pechos turgentes, hombre-padre a pesar de todo. Pero lo de su última película ya es que es demasiado. Perversamente envuelta en una factura impecable, unos actores magníficos y bien dirigidos, una fotografía fascinante y una música que te pone los pelos como escarpias, nos intenta colar como si fuera una maravillosa historia de amor loco lo que no es más que el sueño machista de la especie masculina de todos los tiempos: mujer guapa de cara y cuerpo, que no habla y, por tanto, no molesta, en posición horizontal, lista para recibir al macho sin rechistar, que, para colmo, en una singular pirueta seudocientífica, es quien le devuelve la vida a través de -sí llamémosla por su nombre- una violación, la fuerza bruta una vez más. Porque está claro que si esa mujer no hubiera estado en coma, las probabilidades de que le hubiera concedido sus favores voluntariamente a ese hombre son las mismas que tengo yo de que George Clooney, por poner un ejemplo, se fije en mí: cero patatero.

¡Maravillosa y conmovedora historia de amor! Amor unilateral, exclusivo y excluyente, el hombre ama y lo que sienta o piense el objeto de ese amor carece de la menor importancia.

¿Es éste el director de cine que dicen que adora a las mujeres, que se interesa por su mundo, por sus emociones y sentimientos? Entre este Almodóvar que nos quiere de forma tan rara,

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con toda la carga que su proyección internacional lleva consigo y -en otro ámbito de lo que nos rodea- fiscales como García Ancos, que no nos quiere nada, lo tenemos crudo, chicas. Sólo una última cosa: recordarle a Pedro Almodóvar que lo que cuenta en su película desgraciadamente ha sucedido en la realidad en muchos hospitales; y también que la mayoría de hombres que maltratan a sus mujeres y después acaban asesinándolas alegan que lo hicieron porque las querían con desesperación. Verdaderamente, hay amores que matan.

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