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Radiofrecuencia en el hipermercado

Checkpoint implanta etiquetas invisibles que marcan los productos desde el origen y evitan los robos

La empresa estadounidense Checkpoint Systems asegura conocer la fórmula para que comerciantes y grandes cadenas de distribución impidan los robos en la tienda, agilicen la elaboración de inventarios y faciliten la distribución de la mercancía: identificando los productos con etiquetas de radiofrecuencia desde el proceso mismo de fabricación. Una técnica que les ha permitido facturar 744 millones de euros en 2001, de los que 44 millones corresponden a España.

Bajo la novelesca denominación de 'pérdida desconocida', el sector de la distribución comercial hace referencia a la parte de beneficios esperados que, de acuerdo con el nivel de stocks en los inventarios, no llega a obtenerse por hurtos en almacenes y tiendas o por errores administrativos (cuando se anotan ventas con precios erróneos o no se contabilizan las mermas por obsolescencia, por ejemplo).

La empresa estadounidense facturó 744 millones de euros en 2001, de los que 44 millones corresponden a España

Un estudio sobre el hurto en la distribución comercial realizado por el Centre of Retail Rese-arch estima que la pérdida desconocida media sufrida por los establecimientos de Europa occidental es del 1,42% del volumen de las ventas o, lo que es lo mismo, unos 28.900 millones de euros en 2001, aproximadamente el volumen anual de ventas de Noruega.

Checkpoint Systems es líder mundial en etiquetado de origen. Con un coste de 3,5 céntimos de euro por producto, aplica etiquetas de radiofrecuencia desechables en las prendas o en los embalajes, desde el proceso mismo de fabricación. Las etiquetas son del grosor de un papel, flexibles e invisibles, para impedir manipulaciones, y permiten escanear los precios y desactivar las etiquetas en la caja de venta.

El marcar la mercancía desde el origen, además de impedir los hurtos, facilita la elaboración de inventarios, la distribución y reduce los gastos de la aplicación manual de las etiquetas.

Desde Checkpoint Systems aseguran que todos los intervinientes en el proceso de compra salen beneficiados: el comerciante, porque evita que le sisen la mercancía. El fabricante, porque al agilizarse la distribución y poder tener los productos a la vista, sin necesidad de mantener los más valiosos encerrados en vitrinas, facilita sus ventas. Y los compradores, porque pueden tocar los artículos y, en el caso de la ropa, probarse prendas sin el engorro de incómodos dispositivos antirrobo.

La cuota de mercado de Checkpoint Systems, que tiene entre sus principales competidores a Tyco y Paxar, es del 42%, pero en España este porcentaje se eleva hasta el 90% en la gran distribución.

Fundada en 1967, Checkpoint Systems trabaja en la actualidad con cadenas como Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Toys R Us, Sainsbury o Fnac. La sede central de la compañía está en Thorofare (Nueva Jersey, Estados Unidos), pero también cuenta con centros de producción propios en España, Suiza, Japón, Alemania, República Dominicana y Puerto Rico, y tiene filiales en 27 países. En la actualidad, da empleo a más de 5.000 personas.

Las ventas en 2002 ascendieron a 44 millones de euros en España, un 9,2% más que en el ejercicio anterior, y 744 millones en el mundo, según datos facilitados por Albert Roger, director general de la empresa para Europa Sur. Para los próximos tres años, Roger prevé 'duplicar las ventas'. Un objetivo ambicioso en lo económico, que va acompañado de otro no menos ambicioso en lo estratégico: 'Revolucionar la cadena de suministro desde el código de barras al chip inteligente'.

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