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Reportaje:

Las empresas aplazan sus planes de boda

Las fusiones y adquisiciones movieron 13.000 millones de euros, una quinta parte de lo generado en 2000

La desaceleración de la economía durante el pasado año ha tenido consecuencias nefastas en el proceso de fusiones y adquisiciones empresariales. En un entorno más parado, con los planes de inversión congelados, estas operaciones han supuesto 13.301 millones de euros, frente a los 75.077 millones de 2000. Las telecomunicaciones y el mundo financiero han sido los sectores más afectados.

Hay elementos para una reactivación de las compras empresariales: los bajos precios de algunas compañías y la recuperación económica

La tendencia a la concentración empresarial, vía compras o fusiones conoció el pasado año un fuerte parón. En España, de las 546 operaciones realizadas en 2000 se pasó a 489 en 2001, aunque lo más destacable es la caída en el valor de estas compras o fusiones: 75.077 millones de euros por los 13.301 millones del pasado ejercicio, según datos de M&A Global facilitados por Atlas Capital.

Las empresas dieron marcha atrás en sus planes de maridaje empresarial, aunque este mismo año se van conociendo en la Bolsa española operaciones significativas de compras o fusiones. Además de la recientísima integración de las dos plataformas de televisión de pago, Sogecable y Vía Digital, se han producido otras iniciativas que parecen indicar que lo peor ha pasado. La compra de Enaco por parte de Caprabo, la toma de control de ACS en Dragados o la consolidación total de filiales (FCC sobre Portland Valderrivas) apuntan a que muchos planes aplazados empiezan a ser retomados, en la confianza de que este año se produzca la ansiada recuperación económica. Esta semana se conocía asimismo una operación de pequeña cuantía por la que el grupo Global Steel ofertaba por la empresa Nueva Montaña Quijano.

Dragados y Telefónica

También se empieza a ver más movimiento en operaciones transnacionales. La compra de la constructora holandesa HBG por parte de Dragados o la reciente adquisición de la operadora mexicana Pegaso por Telefónica Móviles indican una mayor actividad dentro de las grandes compañías españolas.

Además, existen temas pendientes para este ejercicio dentro de las grandes corporaciones. Esta semana se multiplicaban los rumores sobre la posible compra del Banco Zaragozano por parte del británico Barclays. Las fusiones en el mundo de las inmobiliarias son tema recurrente entre los analistas. Los expertos apuntan que en este año se puede producir un efecto rebote interesante siempre que se consolide la recuperación de las economías.

Y es que se combinarían dos situaciones favorables para las fusiones y adquisiciones empresariales. De un lado, el bajo precio de muchas acciones incita a competidores a emprender acciones de compra que tendrían sentido si las expectativas económicas son favorables. De lo contrario, ni los bajos precios servirían de atractivo para que se reiniciase este proceso.

Pese a estas muestras de incipiente mejoría, la caída fue muy brusca en 2001, por lo que para este año se espera sólo una mejoría moderada sobre las cifras del pasado ejercicio. Tomando en cuenta todas las operaciones empresariales ligadas con su capital (fusiones, adquisiciones, salidas a Bolsa o recapitalizaciones) el descenso es muy brusco, según los datos de M&A Global. El pasado año la suma de todas estas operaciones en el mercado español sumaron 25.332 millones de euros, frente a los 102.420 millones de euros del año 2000.

En estas cifras globales de lo que en términos anglosajones se conoce como corporate finance, son indicativas del retraso en planes empresariales. Las anunciadas salidas a Bolsa de muchos valores quedaron pospuestas el pasado ejercicio y se llegó a mínimos en esta actividad.

Entre las compañías que han pospuesto sus planes de acudir a los mercados se encuentran Atlante, Auna, Grupo Correo, Isolux, Lanetro, Opciona, Renta 4, Soluziona, Telefónica Media, Uno-e o Vía Plus, entre otras. Únicamente, Enagás cumplirá pronto su anuncio de acudir a la disciplina de la cotización bursátil.

Una paralización que también ha tenido consecuencias sobre los intermediarios financieros y firmas de consultoría que han visto generosamente reducidos sus ingresos en concepto de asesoramiento y comisiones por este tipo de operaciones tan frecuentes en ejercicios anteriores.

Durante el pasado año se conocieron sólo tres ofertas públicas de venta (OPV) u ofertas públicas de suscripción (OPS) en el mercado español: Ence, Inditex e Iberia. En 2000, las operaciones, tanto de compañías españolas como de extranjeras que demandaban recursos a los ahorradores españoles fueron más abundantes: Telefónica Móviles, Deutsche Post, KPN, Gamesa, Recoletos, SOS Cuétara, Tecnocom, Logista, Santander Central Hispano, EADS, Zeltia, Prisa, Deutsche Telekom, BBVA y Amadeus.

Las pequeñas, mejor

Esta brusca caída de la actividad ha afectado sobre todo a las grandes compañías. En las operaciones de sociedades con tamaños medianos y pequeños la crisis se ha hecho sentir mucho menos. Así, las operaciones con un valor menor a 300 millones de euros sumaron 15.091 millones de euros, frente a los 16.923 millones de 2000, una caída insignificante si se compara con el global de operaciones de fusiones y adquisiciones. Una situación que se explica en que estas compañías han tenido un mejor comportamiento y se han visto menos afectadas por la desaceleración, como lo ha evidenciado la evolución de sus beneficios y cifras de ingresos.

Los sectores financieros, de telecomunicaciones y medios de comunicación han sido los más afectados por la paralización de fusiones y adquisiciones. Justamente, fueron estos grupos los que más operaciones concitaron durante 2000. La burbuja creada sobre los valores de la nueva economía se pinchó bruscamente durante el pasado ejercicio y muchas adquisiciones han quedado en papel mojado y jamás se realizarán.

Los tiempos de compras a precios astronómicos con el reclamo de un rápido crecimiento en valores de Internet o de telecomunicaciones ya son historia. Curioso también es el frenazo vivido por los bancos, que han pasado de ser compradores de empresas, participando en proyectos de nuevas tecnologías, a empezar a deshacerse de sus grupos industriales con el fin de hacer caja.

La caída en la concentración empresarial ha afectado más a bancos y empresas de telecomunicaciones.
La caída en la concentración empresarial ha afectado más a bancos y empresas de telecomunicaciones.EFE

Las operaciones de empresas españolas con Latinoamérica cayeron un 90%

Las cifras facilitadas por Atlas Capital sobre la evolución de las operaciones españolas en Latinoamérica son apabullantes. El volumen de las operaciones de fusiones y adquisiciones por parte de empresas españolas en el continente sumó 34.038 millones de euros durante 2000 y cayó en 2001 hasta los 3.459 millones de euros. Un descenso que supone el 90% menos. Eso sí, no cae en igual proporción el número de operaciones que el pasado año ascendieron a 47 y en 2000 fueron 88. Así, además de menos operaciones, el importe de éstas ha caído de forma brusca. Un comportamiento de la inversión empresarial que se asemeja mucho por el fuerte cambio de tendencia con los movimientos que se producen en los mercados de capitales. Las empresas españolas, principales inversoras en Latinoamérica, han parado en seco su apuesta sobre compañías de allende los mares. Aquí juegan diversos factores que están claramente relacionados. En primer lugar, es la española la que más invierte en estas economías y ha sido en este segmento de la gran empresas donde más han caído los movimientos de fusiones y adquisiciones. Además, la crisis argentina ha retraído aún más esta tendencia de menor salida a otros mercados, provocando a su vez una caída de los beneficios de las compañías españolas que podrían haber tenido como destino Latinoamérica. Ha sido, pues, una situación de círculo vicioso donde uno de los principales destinos era, al tiempo, causante de quebranto para los capitales que podrían destinarse. También existió un temor claro a que se produjese un contagio en todo el Cono Sur, abundando en este retraimiento de las inversiones del empresariado español. Por número de operaciones, durante el pasado ejercicio, Argentina y México recibieron el mayor número de operaciones, igualándose en 11. Ha sido Brasil, siguiendo este baremo de operaciones, el país que más se ha resentido de las menores inversiones de empresas españolas. Durante el año 2000 se conocieron 24 operaciones de esta índole, que se vieron reducidas a tan sólo cinco el pasado ejercicio.

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