El hijo de Suárez aceptaría 'con gusto' competir con Bono
La Junta Directiva del PP en Castilla-La Mancha acordó en la tarde de ayer en Guadalajara, por unanimidad y sin ningún debate, como estaba previsto, el relevo al frente de esta organización de Agustín Conde, el anterior presidente y candidato, por José Manuel Molina, su antecesor hace seis años y ahora alcalde de Toledo.
La reunión se convirtió en una competición floral de elogios de todos los oradores hacia Conde, Molina y Luis de Grandes, el portavoz del PP en el Congreso y 'gran referente' en esa comunidad, que no ha querido asumir ahora esa responsabilidad para no tener que batirse, con escasas posibilidades de éxito, con el presidente autonómico, el socialista José Bono.
Nadie en la junta directiva mencionó el nombre de Adolfo Suárez Illana, hijo del ex presidente del Gobierno con la UCD, fichaje estrella del PP en el XIV Congreso Nacional del pasado enero, que está llamado a asumir el encargo envenenado de ser el próximo cartel electoral contra Bono en las autonómicas, dentro de un año. Ningún dirigente del PP, ni regional ni nacional, habló de Suárez Illana, pero él sí se dio por aludido.
Adolfo Suárez Illana, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP desde el XIV Congreso, abogado, de 39 años, casado con una hija de Samuel Flores, conocido ganadero de Albacete, participó ayer en una jornada de reflexiones sobre el centro político en Badajoz. Desde allí aclaró que si el PP le ofrece dirigir y ser el líder electoral en Castilla-La Mancha lo asumirá 'con sumo gusto' e irá 'encantado de la vida' a defender 'sus ideales' frente a Bono, pero no por el mero interés de arrebatarle el poder tras 20 años de mayoría absoluta. Suárez Illana matizó que por el momento nadie del partido le había contactado oficialmente para ofrecerle ese puesto.
Llamamiento a la unidad
En la junta directiva del PP en Castilla-La Mancha lo que sí hubo fueron llamamientos a la unidad, la cohesión y el esfuerzo colectivo para intentar pelear contra Bono con alguna posibilidad. De Grandes, Molina y Arenas coincidieron al fijarse como objetivos incrementar el nivel de voto del PP en las autonómicas, que se quedó en las elecciones de 1999 en el 40%, hasta porcentajes cercanos a los logrados por Aznar en las generales de 2000, que superaron el 53%. Con algo menos del 50% de las papeletas el PP tendría por primera vez un presidente en este territorio.
Pero ese escenario parece muy lejano, según las encuestas internas del propio PP y los análisis más realistas del PSOE. El vicepresidente de Castilla-La Mancha y secretario regional del PSOE, José María Barreda, apuntó ayer que los populares Luis de Grandes o Suárez Illana serían 'candidatos a palos', porque ninguno quiere ser un aspirante a perdedor. El primero porque está cómodo en esa situación y, el hijo del ex presidente, porque 'conoce perfectamente' cuál sería el fin de esa aventura. Barrera aseguró que Bono aventaja ahora en más de 12 puntos al PP. Las encuestas del PP elevan esa distancia a los 14 puntos.
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