Yves Robert,director y actor de cine
Yves Robert iba a cumplir 82 años cuando una hemorragia cerebral puso fin a su vida ayer, en París. Durante más de 60 años había intentado hacer felices a sus compatriotas con sus juegos de palabras, sus canciones, sus versos y, sobre todo, sus películas. Como actor y como director.
Nacido en Anjou el 19 de junio de 1920, trabajó como tipógrafo entre los 12 y los 20 años, como un personaje de novela italiana o de esos libros de Pagnol que llevó a la pantalla -La gloire de mon père y Le château de ma mère- en 1990, con un enorme éxito (más de diez millones de espectadores).
Ese contacto con el público popular estaba en la propia naturaleza del personaje, de quien el académico Poirot-Delpech cita una frase significativa: 'La historia de los obreros es la más moral que conozco', decía Robert. Entre 1954 y 1960 firmó cuatro largometrajes de entretenimiento, con Louis de Funés, entonces debutante, Jacques Dufilho o Moustache, pero es en 1961 cuando encuentra el tono. La guerra de los botones, inspirada en la novela de Louis Pergaud, es un enorme éxito, en Francia y en muchos otros países europeos, incluida España, porque nos permite a todos mirar hacia atrás -hacia la infancia, hacia un mundo rural que desaparece- de manera divertida, con humor y ternura a un tiempo, con espíritu crítico y con comprensión. Luego rodará películas de banda o pandilla, con sus amigos, con actores que considera sus cómplices, como Jean Rochefort, Claude Rich, Jean-Pierre Marielle, Philippe Noiret o Pierre Richard. Con este último pone en pie El gran rubio con un zapato negro (1972), que mereció colas en los cines de Madrid y Barcelona, mientras que Un éléphant, ça trompe enormement (1976) le demostró dos cosas: que su ingenio seguía vivo, pero también que ya no era él quien mejor podía capitalizarlo; la película fue adquirida por Hollywood, que la transformo en La mujer de rojo. En el cambio se multiplicaron los dólares y se desvaneció el perfume.
Partidario de un cine de personajes, atento a las pequeñas historias cotidianas, dotado para un surrealismo rosa, Yves Robert es una gran figura del llamado 'cine popular', uno de los pocos cineastas que sobrevivió al embate de la nouvelle vague, que supo seguir poniendo en escena las maneras de la gente modesta.
Casado con la también actriz Danièle Delorme, creó en 1960 su propia productora, La Guèville, que permitirá a otros directores, como Jacques Doillon, André Delvaux o Agnés Varda, hacer sus películas más personales.
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