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El atentado en Rishon le Zion que ha costado la vida a 15 personas inocentes (...) ha vuelto a traer la guerra a Israel. Durante tres semanas pareció que se había consolidado la relativa calma conseguida por la Operación Muro Defensivo; pero el atentado suicida de Hamás ha sido un recordatorio de la guerra sangrienta que paraliza el país. El atentado terrorista se produjo al mismo tiempo que el encuentro entre Ariel Sharon y George Bush en el que se trataba de restablecer el proceso político. (...) Pero lo que es difícil de comprender son los esfuerzos por parte palestina para avanzar en este proceso. En efecto, la Autoridad Palestina condenó el atentado y pidió el cese del terrorismo contra civiles israelíes, pero fue una declaración poco convincente. Bienvenidas sean esas voces palestinas que claman por el fin de los atentados suicidas y que intentan explicar a su pueblo que esos atentados socavan los intereses palestinos, pero no serán de utilidad hasta que no convenzan a Israel de que van a luchar de verdad contra sus organizadores y ejecutores. (...) Si los líderes palestinos (...) se esfuerzan por renovar su organización y reforzar su control en el territorio, no volviendo a permitir que grupos terroristas como Hamás o Yihad Islámica dicten su política, se podrá hablar del principio de un nuevo periodo. Pero si éstas no son las intenciones de la Autoridad Palestina, Israel se verá forzado a revisar sus opciones. (...) En cualquier caso, el Gobierno israelí debería examinar con atención las posibilidades de un nuevo comienzo del proceso político, antes de optar por una reacción militar.

Tel Aviv, 9 de mayo