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La policía practicó 28.918 detenciones en 2001 al perseguir los 160.845 delitos registrados

El año pasado, por cada extranjero hubo dos españoles apresados, según Interior

La policía registró el año pasado 160.845 delitos en la Comunidad pero sólo practicó 28.918 detenciones relacionadas con estos delitos, según una respuesta del Ministerio del Interior al senador socialista Francisco Arnau. En la información facitada por el departamento que dirige Mariano Rajoy también se recoge el elevado incremento de delitos registrados entre los años 2000 y 20001: un 25% más de delitos. Por nacionalidades, siguen siendo mayoría los detenidos españoles frente a los extranjeros: 19.893 frente a 9.025 durante el año pasado.

El senador socialista calificó de alarmante que de los 160.845 delitos conocidos en la Comunidad Valenciana por la policía, sólo haya habido 28.918 detenciones. De esta forma, por cada detención ha habido 5,5 delitos, o lo que es lo mismo, hubo 131.927 a los que no acompañó detención alguna. Francisco Arnau aludió a la 'ineficacia policial' que confirma la 'falta de medios' de las fuerzas de seguridad estatales para hacer frente al incremento de delincuencia que registran las calles valencianas.

Para justificar este incremento, Arnau aludió de nuevo a las cifras ofrecidas por el ministerio del Interior. De 127.951 delitos registrados en 2000 se pasó a 160.845 el año pasado, un 25% más. Este salto ha sido especialmente brusco entre estos dos años ya que las cifras de 1996, con 122.0458 delitos no son tan distintas de las de delitos conocidos en 1997 (124.826), 1998 (12.403), 1999 (128.362) o 2000. El crecimiento se ha extendido también a las faltas, aunque en este caso ha sido una subida más progresiva: 102.011 en 1999, 108.224 en 2000 y 133.612 en 2001.

La respuesta del ministerio también refleja el peso mayoritario de las detenciones de españoles frente a las de extranjeros. El año pasado por cada inmigrante detenido hubo dos españoles: 9.893 nacionales apresados frente a 9.025. Si bien es cierto el incremento de detenciones practicadas a inmigrantes, aunque es un hecho muy reciente. Entre 1997 y 1999 no hubo casi oscilaciones, ya que se registraron 3.339 detenciones el primer año por 3.172 en 1998 y 3.335 en 1999. El salto se produce en 2000 con 5.507 y el año pasado con 9.025 detenciones de extranjeros.

La estadística facilitada por el Gobierno aborda también la cifra de expulsiones a lo largo de los últimos años. En este caso la progresión es descendente, debido fundamentalmente a los procesos de regulación de los últimos dos años, durante los cuales se redujo notablemente la expulsión de inmigrantes sin papeles. En 1996 hubo 449, frente a las 611 de 1997, 543 de 1998, 483 de 1998, 87 de 2000 y 191 de 2001. Recientemente, con el cierre del proceso de regularización, las entidades de extranjeros han detectado un repunte de las expulsiones de personas por el simple hecho de no tener documentación, hayan cometido delitos o no.

Generosidad y contundencia

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, pidió en declaraciones a TVE abordar la inmigración desde 'unas premisas básicas de integración, generosidad, apoyo y comprensión' a quien 'legal y honradamente viene a salir adelante en nuestro país'. Pero también abogó por 'fijar con contundencia cuál es nuestro límite, por reconocer que no se puede sobrepasar bajo ningún concepto y, desde el punto de vista policial y judicial, por ser lo más ágiles posible'. Hay que decir, 'con la misma claridad, que tiene que haber un límite, pues el no ponerlo, el no hacer una política adecuada o no hablar de vez en cuando con franqueza de estas cuestiones puede conllevar justamente el efecto contrario, como que se genere un rechazo generalizado y que esta integración que todos defendemos no se pueda producir'. Además apuntó: 'cuando el problema nos desborda porque viene mucha más gente de forma ilegal de la que una sociedad como la nuestra puede asumir, muchos caen en la delincuencia porque no tiene medio de vida' y eso genera un nivel de rechazo social. 'Corremos el riesgo de criminalizar al mundo de la inmigración en su conjunto'.

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