Las regatas del centenario y pico

Las regatas de La Concha tienen más solera que la que le ha atribuido la historia oficial. Esto, que debería satisfacer a los defensores de la tradición, ha torcido los planes de los amantes de las efemérides redondas. El escritor Rafael Aguirre, conocedor como nadie de los deportes vascos, ha destapado un grueso desliz histórico al revisar la evolución de las regatas de San Sebastián, la cita más prestigiosa del remo en aguas del Cantábrico.

Toda la maquinaria de los festejos estaba preparada para conmemorar este año el primer centenario de esta olimpiada traineril con todas las solemnidades y pompas que merecía el evento. Por insistencia del edil donostiarra de EA Josu Ruiz, en el papel de entusiasta instigador de la efeméride, el Centro de Atracción y Turismo (CAT), organizador de las regatas, puso en marcha un extraordinario ceremonial de recordatorios, coronado por la clásica competición los dos primeros domingos de septiembre: una exposición en el Museo San Telmo, un gran monumento al remero en la isla Santa Clara, la edición de un libro sobre la historia de las regatas se estaban barajando, entre otras iniciativas, para semejante conmemoración.

La Kutxa, que ejerce de gran mecenas en estos casos, tenía ya encargada a Rafael Aguirre la elaboración de un libro sobre las 100 banderas de La Concha. Metido en harina, este escritor, que dirigió el CAT durante 34 años, ha descubierto una serie de inexactitudes que se han consolidado sin enmienda alguna. Su trabajo ha permitido concluir que las regatas de La Concha se han celebrado en 106 ocasiones. Por lo tanto, no tiene sentido el centenario, pues éste pasó inadvertido en 1995 (ganada por Donibaneko de San Juan). Casualmente, ese año, el delegado de Turismo y responsable político del CAT era Josu Ruiz.

El libro de Rafael Aguirre saldrá a la calle a finales de junio con el título Donostiako estropadak-Regatas de La Concha, evitando cualquier referencia al centenario, como inicialmente estaba pensado. 'El error se ha arrastrado durante muchos años porque no comprobó con exactitud la autenticidad de un dato falso' colado en una publicación, afirma. Nadie cuestionó ese dato con apariencia de cierto, hasta que Aguirre ha verificado que este año es el 107 aniversario de la competición. Sus averiguaciones provocan alteraciones en el palmarés. Así, por ejemplo, Orio no tiene 30 banderas, sino 29, porque 'la de 1939 -10 días después de terminar la Guerra Civil- no fue oficial'; y Getaria salta de dos a cinco preciados trapos.

'Las regatas nacieron en 1879, aunque al comienzo no tuvieron continuidad, y tampoco mucho eco en los periódicos. Por ejemplo, de los cuatro periódicos existentes en 1883, sólo El Urumea informó de esta prueba. Despachó la noticia en 12 palabras y el siguiente titular: 'Enorme gentío en la regata de ayer', explica.

El libro de Aguirre se detiene en curiosidades llamativas, como el hecho de que compitieran juntas traineras de 400 y 180 kilos de peso, o las 'increíbles apuestas' que se cruzaban en tierra y traían la ruina a muchas familias. Un gráfico de vientos del Cantábrico certifica una sospecha popular: 'La segunda tanda, la de honor, es peor que la primera', asegura Aguirre. Otro dato científico: 'La baliza 1 es la mejor desde que en 1991 el campo de regatas se desvió 30 metros hacia el Oeste para alejarla del Aquarium'.