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Reportaje:LOS DISTRITOS, UNO A UNO

Carabanchel, del realojo al lujo

Los vecinos denuncian el aumento de la delincuencia en un distrito que crecerá en los próximos años en 60.000 habitantes

En un día cualquiera, la calle de Besolla, en el barrio de Pan Bendito (distrito de Carabanchel), parece en realidad un triste remedo del Bronx neoyorquino. Aquí, bandas de chavales se reparten el control del territorio en espera del próximo cliente que dé buena cuenta de la droga que esconden en los bolsillos y que desde hace años se ha convertido en uno de los principales flagelos de esta zona, que es, además, donde se concentra, según el concejal socialista Joaquín García Pontes, 'uno de los más altos grados de delincuencia de Madrid'.

García Pontes considera que en Pan Bendito la situación 'es insostenible' y que los chavales campan a sus anchas por las calles, lo que se refleja también en el alto índice de absentismo escolar que registra Carabanchel. Lo mismo opinan los vecinos, agobiados por los pequeños robos, los hurtos y el vandalismo: 'Uno de los principales problemas que tenemos aquí es la inseguridad ciudadana', asegura Lourdes Hernández, portavoz de la coordinadora de asociaciones del distrito.

El precio del metro cuadrado construido se ha disparado y alcanza los 2.404 euros
Una de las principales reivindicaciones es el uso civil del hospital militar Gómez Ulla

El pasado marzo, la policía desarticuló una banda que tenía atemorizados a los residentes de las calles de General Ricardos y de la avenida de Oporto. Se trata de cinco jóvenes de 18 años y tres menores de edad que con una violencia desproporcionada tiraban a sus víctimas -sobre todo mujeres solas- al suelo, las pateaban, las arrastraban y después de intimidarlas les quitaban todo lo que podían: joyas, dinero en efectivo, tarjetas de crédito y teléfonos móviles.

La comisaría de Carabanchel, según explicó entonces la Jefatura Superior de Policía, había recibido desde principios del pasado enero cerca de 40 denuncias por robos con violencia. 'Varias veces hemos denunciado la necesidad de más agentes municipales. Los delincuentes son una minoría, pero están logrando destrozar la convivencia', afirma el edil García Pontes.

El concejal presidente de la Junta de Carabanchel, Carlos Izquierdo, del PP, asegura que el tráfico de drogas ha desaparecido, si bien subsisten, dice, pequeños focos de trapicheo. 'Hubo un repunte de la delincuencia en el último año, pero eso fue generalizado, ocurrió en toda la ciudad', alega Izquierdo. Y añade: 'Pan Bendito es una zona muy conflictiva, pero se está actuando contra pequeñas bandas. Ese sector es donde más actuaciones policiales se han llevado a cabo'.

Las actuaciones policiales, sin embargo, no han logrado frenar escenas como las que con frecuencia tienen que soportar los vecinos de la calle del Toboso, según cuenta Lourdes Hernández: 'Por esta calle los chavales hacen carreras de coches a altas horas de la madrugada y a grandes velocidades', relata con preocupación la portavoz vecinal.

Pero, ¿qué se esconde detrás del aumento del gamberrismo juvenil y del elevado índice de absentismo escolar en Carabanchel? Lourdes Hernández cree que todo ello obedece a problemas que tienen sus raíces en la desestructuración de muchas familias que en los últimos años han aterrizado en el distrito como consecuencia de los programas de realojamiento que lleva a cabo la Comunidad de Madrid.

El concejal Carlos Izquierdo asume el problema y asegura que ya se ha dirigido al Gobierno regional, específicamente al Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), para pedirle que no destine más pisos en Carabanchel a realojamientos de familias desestructuradas: 'En Pan Bendito y en Alto de San Isidro ya hay un exceso importante [de este tipo de viviendas]', afirma Izquierdo. 'Es probable que haya hablado con el Gobierno regional, pero lo cierto es que no se ha conseguido nada. Seguimos siendo uno de los distritos con más realojamientos, pero al mismo tiempo con menos medidas sociales para afrontarlos', replica Lourdes Hernández.

Y en cuanto a los chavales que campean a sus anchas por las calles del distrito, como denuncia el socialista García Pontes, el presidente de la Junta asegura que ya se han iniciado acciones para detener este fenómeno.

En concreto, la Policía Municipal ha puesto en marcha el programa del agente tutor, consistente en que, desde el pasado 8 de abril, un policía vigila las zonas donde más casos de estos se producen. Aun así, Izquierdo insiste en que el índice de absentismo escolar en Carabanchel 'es muy bajo', teniendo en cuenta que posee casi 230.000 habitantes. La portavoz vecinal le replica con un ejemplo: 'Hace un tiempo denunciamos la situación de dos niñas de 13 y 14 años que provenían de una familia de realojo y que estaban sin escolarizar. Ha pasado más de un año y siguen igual'.

Pese a los problemas puntuales relacionados con la delincuencia juvenil, los robos y los hurtos, la coordinadora vecinal reconoce que Carabanchel ha dejado de ser en los últimos años un distrito 'en malas condiciones y triste'. 'Las cosas han mejorado', asegura Lourdes Hernández.

Ese cambio está motivado, en parte, por los últimos desarrollos urbanísticos que tienen por escenario este distrito. De hecho, es posible pensar que uno se encuentra en medio de una inmensa inmobiliaria cuando da un paseo por algunas calles de la zona: pisos y más pisos de precio libre se ofrecen por doquier. Todo eso sin contar con el futuro nuevo barrio (PAU) de Carabanchel, en el que se construirán 11.300 viviendas, a sumar a las previstas por el Plan General de Ordenación Urbana en los terrenos de la antigua cárcel: unas 1.200, según cálculos municipales.

En los próximos años este distrito recibirá cerca de 60.000 nuevos habitantes, que se añadirán a los 230.000 residentes -entre los que se encuentra una importante cuota de extranjeros, sobre todo hispanoamericanos-.

La vivienda, según la coordinadora vecinal, es otra de las grandes reivindicaciones del distrito. En esta zona de Madrid ya hay pisos que alcanzan los 222.000 euros (37 millones de pesetas), como ocurre en la zona de Vista Alegre. El precio del metro cuadrado construido se ha disparado tanto que alcanza ya los 2.404 euros. Y en el caso del nuevo barrio, sólo un 35% de las viviendas será de protección oficial, según García Pontes.

Los vecinos rechazan la construcción de más casas en los terrenos de la cárcel. Por contra, piden que este suelo se destine a usos dotacionales, pero el Plan General no les favorece, pues, salvo cambios, allí irán viviendas de precio libre. 'Los jóvenes del barrio se tienen que ir a otra parte. Aquí ves a cada momento solares donde están construyendo, pero la gente no tiene acceso a esos lugares porque son muy caros', se queja Hernández.

Gracias al impulso del nuevo barrio, Carabanchel acogerá una gran superficie comercial, proyectada por el Grupo Lar, uno de los principales propietarios del suelo. El centro ocupará 60.000 metros cuadrados de suelo y tendrá una edificabilidad cercana a los 41.000 metros cuadrados. Ya en Vista Alegre existe otra gran superficie, un híper de El Corte Inglés.

'Carabanchel dispone de ejes comerciales importantes de pequeño comercio que tienden a desaparecer porque las grandes superficies los están absorbiendo', afirma Joaquín García Pontes.

Otra de las reivindicaciones de los vecinos de Carabanchel es el destino para uso civil del hospital militar Gómez Ulla. Es una larga batalla que por ahora no ha dado frutos y que sigue siendo una obsesión de los residentes en el distrito. Las asociaciones denuncian el estado de 'saturación' de los hospitales de referencia, el Doce de Octubre y el Clínico, y esperan que por fin se escuchen sus peticiones. Pero el concejal socialista no es muy optimista: 'Yo creo que la Comunidad no está muy por la labor de comprar ese hospital ahora que asumió las competencias sanitarias', dice.

El concejal Carlos Izquierdo se reconoce partidario de dar un uso 'socio-sanitario' al Gómez Ulla, pero deja en manos de la Comunidad la decisión sobre este asunto. De todas maneras, la atención tanto en el Clínico como en el Doce de Octubre es, en su Izquierdo, 'satisfactoria', a lo que hay que añadir, señala, que están previstos cuatro nuevos centros de salud en Carabanchel, si bien no precisa la fecha.

Los vecinos también están a la espera de que se renueve la línea 5 de metro, en la que perviven los vagones más viejos de la red, y confían asimismo en que la Comunidad amplíe el transporte subterráneo a la zona de Carabanchel Alto.

Carabanchel es, según su concejal presidente, 'un distrito muy vivo', el que más cementerios tiene -siete-, el que alberga la iglesia más antigua y el que hace muchos años fue lugar de descanso de aristócratas. De aquella época, tanto Izquierdo como García Pontes coinciden en recordar los palacetes que permanecieron como testigos del esplendor que alguna vez vivió el distrito -pueblo hasta 1948, cuando se anexionó a Madrid-. La finca de Vista Alegre es uno de esos ejemplos. Lástima que permanezca cerrada al público, escondida tras unas vallas.

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