'El arte antiguo ayuda a que nos conozcamos mejor a nosotros mismos'

Con 5.000 piezas reunidas, el suizo Jean-Paul Barbier es uno de los mayores coleccionistas del mundo de las llamadas artes primitivas de la América precolombina, África, Asia y Oceanía. En las últimas semanas Jean-Paul Barbier y el Ayuntamiento de Barcelona han llegado a un acuerdo para que la parte de su colección que se exhibe en la capital catalana se quede en la ciudad hasta el año 2003, contrato que se prorrogará hasta 2006 como mínimo.

Despejadas, por el momento, las brumas que se cernían sobre algunas de las piezas de origen guatemalteco que se exponen en el Museo Barbier-Mueller de Arte Precolombino, situado en la calle de Montcada, y, aceptado por parte del propietario que es difícil que el Ayuntamiento de Barcelona dé alguna contrapartida económica por la cesión de la colección, Jean-Paul Barbier, de 72 años, se muestra dispuesto ahora a que las obras se queden definitivamente en Barcelona.

'Quiero completar la colección del museo Barbier de Barcelona; hacerla más coherente'

Las negociaciones para prorrogar la estancia en la ciudad de las obras del museo, que se inauguró en mayo del año 1997, han sido lentas. 'Tengo que decir que, al principio, pedí que si el Ayuntamiento quería otro contrato de préstamo por más años era necesario ofrecer una contrapartida económica', explica Barbier. 'En otros países, las colecciones de mi familia han sido compradas. Pero comprendo que el Ayuntamiento de Barcelona no puede comprar la colección de arte precolombino porque no existe el dinero suficiente para ello. Discutimos mucho sobre este punto, pero me di cuenta de que era difícil obtener una compensación. Además, el año pasado estuve enfermo, estuve muchos meses en el hospital', justifica.

Si hasta ahora Jean-Paul Barbier había renunciado al 25% de los ingresos de taquilla que le correspondían según el contrato de cesión firmado con el consistorio, en el futuro, explica, quiere cobrarlo. ¿Por qué? 'Para pagar los gastos de los abogados', responde. Y es que en los últimos años, el Gobierno de Guatemala ha realizado reclamaciones en tres ocasiones. Reclamaciones que han sido rechazadas por la justicia española. 'Es algo que no puedo comprender', dice. 'España ratificó la convención internacional de la Unesco sobre la prevención de la importación y exportación ilícita de bienes culturales en 1986 y ésta no es retroactiva. Tengo la documentación que demuestra que todas las piezas reclamadas estaban fuera del país de origen antes de ese año. No me dan miedo las reclamaciones, pero cada vez que recibimos una tengo que gastar entre 10.000 y 20.000 euros. Es un gasto continuo, y, encima, los jueces llegan siempre a la misma conclusión'.

El caso de México, que también se interesó por algunas piezas, fue diferente. 'Hicieron una reclamación por vía diplomática, no judicial, a través del Ministerio de Cultura. Vinieron unos técnicos, revisaron la documentación de las piezas y dijeron que todo estaba en orden', asegura.

La colección pactada ahora con el Ayuntamiento contempla la cesión de 146 piezas, pero sólo de momento ya que Jean-Paul Barbier afirma que sigue comprando obras pensando en Barcelona: 'Quiero completar esta colección, hacerla más coherente'. Además, en los próximos meses al fondo se sumarán las 40 piezas que se prestaron para una exposición en Toulouse (Francia) y otras 30 que se exhiben ahora en el Barbier-Mueller de Ginebra.

Satisfecho a medias con el número de visitas que registra el museo barcelonés -20.000 el año pasado, por 25.000 el de Ginebra-, Jean-Paul Barbier se muestra ahora más preocupado por la dimensión pedagógica del centro. 'Uno no puede conocerse a sí mismo si no conoce la historia de la humanidad. Y el conocimiento del arte antiguo hace que nos conozcamos mejor a nosotros mismos. El arte es una forma de comunión. El gran problema que tenemos es que cuando ponemos demasiadas explicaciones sobre las piezas la gente sólo lee las cartelas y después está demasiado cansada para contemplar la pieza. Si no hay explicaciones, no se entiende nada. Éste es el gran problema de una exposición y aún no hemos podido resolverlo'.