Europa se muerde las uñas

El curso liguero que está a punto de acabar ha constatado en todo el fútbol europeo que los torneos domésticos se han convertido en una ecuación de extraordinaria dificultad. Las exigencias del calendario han provocado que los clubes dosifiquen al máximo sus esfuerzos. Los grandes han dejado los deberes para el final y en las principales Ligas aún nadie ha cantado victoria pese a que en la mayoría de los torneos sólo queda una jornada. Así ocurre en Holanda, donde Ajax y PSV se disputan mañana el título; en Italia, donde el mismo día, Inter, Juventus y Roma se juegan la gloria; en Francia, donde hoy Lyón y Lens se enfrentan entre sí con el trono a la vista; y en Alemania, donde esta tarde Dortmund, Leverkusen y Bayern Múnich tendrán en vilo a todo el país. En España e Inglaterra restan dos jornadas, pero si en el primer caso el campeón puede brindar mañana, en la Premier el deselance no se producirá como mínimo hasta el miércoles, cuando en la penúltima ronda, Manchester United y Arsenal están citados en Old Trafford con cinco puntos de ventaja para los londinenses. Antes, hoy mismo, el Arsenal deberá aparcar la Liga para dirimir con su vecino Chelsea la Copa. Nadie tiene tregua. La muchachada del Arsenal, tendrá que controlar el llanto o la cerveza. Como el Leverkusen, que, al margen de la resaca de hoy, mañana mismo tendrá que mirar hacia Glasgow, donde el día 15 se las verá con el Madrid. Así que tampoco los de Del Bosque tendrán mucho tiempo para aplaudir al Valencia o para hacer cuentas de cara a la última jornada. El tinglado es tal que, apenas superadas tantas emociones, todas las miradas se volverán hacia Corea y Japón, con el Mundial a la vuelta de la esquina. No hay respiro.