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Crónica:Liga de Campeones | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Las fuerzas flaquean en Leverkusen

Las lesiones y un agobiante calendario amenazan al rival del Madrid en la final de Glasgow

Xosé Hermida

Si por elogios fuera, el Bayer Leverkusen ganaría de calle la Bundesliga y puede que hasta la Copa de Europa. El aplauso generalizado al equipo de la aspirina colma de satisfacción a su entrenador, Klaus Toppmoeller, quien se permite afirmar: 'No me importan tanto los títulos como el haber dado grandes alegrías a la afición y el haber jugado el fútbol más atacante que hemos podido'. Muy romántico, pero algo reñido con el culto a la eficacia que impera en el fútbol de hoy. Toda la estética que ha desplegado el Bayer esta temporada puede resultar estéril si el equipo falla en las tres citas que se le van a acumular en sólo doce días: la jornada decisiva de la Bundesliga y las finales de la Copa alemana y de la Liga de Campeones. Un terrible calendario para un equipo que no está sobrado de plantilla y al que se le queda pequeña la enfermería en el tramo crucial de la campaña.

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Toppmoeller -que acaba de recibir una oferta para dirigir a la selección de Nigeria en el próximo Mundial- no oculta que su equipo llega muy justo de fuerzas al momento decisivo. 'Hemos jugado 57 partidos', recalca. El Bayer disputó la Liga de Campeones desde la fase preliminar y ha alcanzado la final de la Copa alemana con todas las eliminatorias a doble partido. En la plantilla hay buenos jugadores, pero es poco profunda, y Toppmoeller ha concentrado casi todo el esfuerzo de la temporada en no más de 15 futbolistas.

Por eso, cada baja es un drama en el Bayer. Para la final de la Liga de Campeones ya hay dos seguras: la del interior zurdo Zé Roberto, sancionado, y la del central Nowotny, con una rotura de ligamentos que le ha descartado también para el Mundial, donde iba a ser uno de los bastiones defensivos de Alemania. Nowotny es un jugador poco lucido, lento y algo torpe, pero con oficio, colocación y, sobre todo, gran autoridad en el equipo. Su lesión está siendo muy llorada en Alemania, desde el seleccionador Rudi Voeller al portero del equipo nacional, Oliver Kahn, pasando, claro está, por sus compañeros del Bayer. 'Es dramático que lo hayamos perdido', dice Ramelow, uno de sus posibles sustitutos en la final de Glasgow.

Ni Nowotny ni Zé Roberto tienen suplentes claros, y su ausencia obligará a Toppmoeller a remodelar medio equipo. Un mal menor, en todo caso, porque la lista de jugadores en situación de peligro es larga y prestigiosa. Tal vez los dos mejores futbolistas del equipo, Ballack y Lucio, están tocados, al igual que Neuville y Sebescen. Los cuatro van a estar el próximo sábado en la última jornada de la Bundesliga, pero nadie sabe cómo llegarán a la final de Glasgow, el día 16, entre otras razones porque cinco días antes también deberán jugarse la Copa de Alemania ante el Schalke 04. El antecedente de Nowotny es inquietante: antes de lesionarse había disputado varios partidos infiltrado.

El Bayer ya empezó a pagar el pasado fin de semana los excesos de un calendario que tal vez sobrepase las posibilidades de su plantilla. En la penúltima jornada de la Bundesliga, tres días después de su exhibición en Old Trafford ante el Manchester United, cayó derrotado (1-0) en casa del modesto Nüremberg y casi entregó el título al Borussia Dortmund. El campeonato nacional es una obsesión para el Bayer, que no lo ha ganado nunca. Hace dos temporadas lo tuvo muy cerca y patinó en la última jornada. El trauma va camino de repetirse si el Borussia derrota el próximo sábado en su estadio al Werder Bremen.

Y al Bayer no le habrán servido de nada ni su buen juego ni las 16 semanas que ha permanecido al frente de la Bundesliga. 'Para nosotros no hay nada que pueda reemplazar al título alemán', ha reconocido el manager del club, el orondo Rainer Calmund. Si pierde la Bundesliga, el Bayer acudiría a Glasgow forzado a conseguir una marca histórica: de ganar al Madrid, se convertiría en el primer campeón de Europa que nunca ha conquistado el título de su país.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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