El síndrome Salihamidzic
El Madrid obtiene buenos resultados en Europa y fracasa en la Liga tras optar por un estilo más conservador
Figo por McManaman, Zidane por Flavio y Guti por Pavón. Ante el Barça, el Madrid terminó metido en su campo, defendiendo el resultado global (3-1) y asegurando el pase a la final de la Liga de Campeones con unos cambios que delatan el talante de su nueva versión. Lo que el técnico madridista, Vicente del Bosque, denominó 'tendencia especulativa inevitable', tras eliminar al Barça, hizo pensar a más de un contrario que el conjunto blanco tenía miedo. Tal es el caso de Hasan Salihamidzic, que después del partido en el Estadio Olímpico de Múnich sentenció que el Madrid 'se cagó en los pantalones'. Y algo parecido insinuó el presidente del Barcelona, Joan Gaspart, que antes de dejar el Bernabéu, el miércoles, denunció una 'inundación' del campo para favorecer la defensa de la portería de César y tapar la circulación del balón en el ataque azulgrana.
El miércoles en el Bernabéu, exaltado ante su público, el equipo blanco retrocedió sobre su portería y se defendió con una línea de cinco marcadores. Así jugó durante los diez minutos finales. Algo difícil de concebir hace unos meses, cuando todo el vestuario y el cuerpo técnico aseguraban que 'el Madrid no es un equipo preparado para defender el resultado'. Si esto era una ley, quedó derogada en el minuto 85 de la vuelta de la semifinal, con la entrada de Pavón al campo.
El Madrid ya no gira necesariamente en torno a la pelota, ni para defenderse ni para atacar. Ni con todo el Bernabéu en pie de guerra, esforzado en inspirar miedo escénico, el equipo controló el juego a fuerza de tener el balón. En la segunda parte, el Barça se apoderó del cuero durante el 61% del tiempo y sólo pudo marcar cuando Helguera se autogoleó.
El Madrid aprendió a manejar los partidos sin imponerse en la posesión del balón e incluso cediendo la iniciativa al contrario, algo que no lograba desde la marcha de Redondo. Ahora, como se dice en la jerga, sabe pinchar los partidos. Lo hizo en Vigo, en Liga, y lo repitió en el Camp Nou con gran éxito.
Sin imponerse claramente en el dominio del balón le ganó el Madrid al Oporto -dos veces- y eliminó al Bayern y al Barcelona en Europa. Con este tipo de estadística ha conseguido buenos resultados en Europa, donde ha logrado cuatro victorias, un empate y una derrota desde el partido de ida con el Oporto, en la segunda ronda. Precisamente en Das Antas ensayó Del Bosque su sistema de tres centrales, el mismo que retomó en el Camp Nou.
Los seis encuentros europeos que siguieron al cruce con el Oporto reflejan un tiempo de posesión favorable a los rivales, con la excepción de la vuelta de los cuartos, en Chamartín contra el Bayern. Ésta fue la última vez que el Madrid dominó a su adversario a base de pases, toques y jugadas elaboradas. Luego predominó la táctica, la estrategia, y eso que los jugadores blancos, como Salgado, Solari o Hierro, llaman 'jugar con inteligencia'.
En la Liga española, al Madrid le ha ido peor: le ganó al Sevilla con una actitud bastante especuladora (se repartieron la posesión del balón al 50%) y perdió contra Osasuna y Real Sociedad. Precisamente cuando debía resolver la Liga no monompolizó el control del balón.
'Nuestro estilo', dijo Jorge Valdano tras eliminar al Barça; 'es atacar y llegar al área contraria con la participación de muchos jugadores. Eso es así por las características de nuestros jugadores. Y ése es el estilo que debemos defender en la final'.
Por el tono épico, Valdano parece invocar un regreso a la identidad ideal tras una época canalla.
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