El nuevo control de la frontera de Melilla lleva cuatro meses paralizado
El Ministerio de Asuntos Exteriores ha solicitado la opinión de las autoridades de Marruecos sobre el sistema de control fronterizo que debía haber comenzado a funcionar en la frontera de Melilla hace cuatro meses. 'No queremos que se convierta en un conflicto entre países', ha explicado el delegado del Gobierno en la ciudad autónoma, Arturo Esteban.
El propio Esteban convocó el pasado 30 de octubre a los medios de comunicación en el paso fronterizo de Beni Enzar para mostrarles el sistema y anunciarles su entrada en funcionamiento en el plazo máximo de dos meses. Ayer justificó la demora aludiendo a que 'en breve plazo terminará el período de licitación de la empresa que tiene que ponerlo en marcha', informa Toñi Ramos.
El nuevo control fue desarrollado por la sociedad aragonesa Tecisa y costó 275 millones de pesetas (1,7 millones de euros). Consistía en entregar a los habitantes de la vecina localidad de Nador una tarjeta magnética que permitiría identificar sus huellas dactilares y franquearles el paso a territorio español a través de unos tornos. El delegado esperaba de este modo agilizar el tráfico de 40.000 personas y 5.000 vehículos diarios.
La medida fue tomada como pretexto por los medios de comunicación marroquíes, en pie de guerra tras la llamada a consultas del embajador de su país en Madrid, para atacar al Ejecutivo.
Esteban declaró ayer a la agencia Efe que España 'quiere dejar claro que actúa de buena fe y con la única intención de agilizar el tráfico fronterizo'.
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