Un precursor de la unidad europea

San Isidoro, una de las grandes figuras de la cultura occidental que vivió entre los siglos VI y VII en Cartagena, Sevilla y León, fue el primero en usar la palabra Europa con el sentido de concepto unitario que tiene actualmente. El sabio, autor de una amplia obra que ha sido tan copiada en los monasterios casi como la Biblia hasta el siglo XV, es el protagonista de la exposición San Isidoro doctor hispaniae, con la que se conmemora el 1400º aniversario de su nombramiento como arzobispo metropolitano de Sevilla.

La arqueta de plata en la que en 1063 se trasladaron los restos del sabio desde Sevilla a León no había salido de la Real Colegiata de León en los últimos ocho siglos. 'La arqueta, entonces con los restos del santo, salió en una procesión rogativa para pedir la lluvia a un pueblo cercano a León y después tuvo que intervenir la reina para que la devolvieran. El hecho se recuerda cada año en la fiesta de Las Cabezadas', comentó ayer en Sevilla Antonio Viñayo, abad de la colegiata.

La arqueta es la pieza central de esta muestra que se inauguró ayer en el Centro Cultural El Monte donde podrá visitarse hasta finales de junio, y que cuenta con unas 60 piezas de 18 instituciones como la Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, el Museo Arqueológico Nacional, el Palacio Real y el Museo de Arte Romano de Mérida.

'Etimologías, su obra cumbre que cuenta con 20 volúmenes, se copió en todos los monasterios de la Alta Edad Media. Llegó un momento en que circulaban simultáneamente unos 10.000 códices de esta obra, una cifra enorme para el mundo medieval', aseguró Julián González, comisario de la muestra. La exposición, organizada por las entidades financieras El Monte, Caja Murcia, Caja Duero y el Cabildo Colegial de San Isidoro, viajará a León en julio y a Cartagena en octubre. La Biblia visigótico-mozárabe, el cáliz de Doña Urraca y el Pendón del Cerco de Baeza, las piezas más emblemáticas de la Colegiata de León, forman parte de la exposición.

'La figura de Isidoro de Sevilla es tan importante que sirvió como difusor de la cultura hispanorromana en Al-Ándalus', afirmó José Villa, director de la Fundación El Monte.

'Sus amplios conocimientos en materias tan dispares como farmacia, filosofía, matemáticas, química o arquitectura hicieron que su obra continuara usándose hasta el Renacimiento. Fue entonces cuando su importancia languidece', añade González.