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Entrevista:Miguel Arias Cañete | Ministro de Agricultura y Pesca

'No represento los intereses de la gran derecha agraria'

Miguel Arias Cañete llegó hace dos años, por sorpresa,

El gran reto de Miguel Arias Cañete (Madrid, 1950) es elaborar el Libro Blanco del sector agrario y aplicar el Plan Nacional de Regadíos. Una tarea que ahora puede abordar tras haber tenido que hacer frente en su etapa de ministro a las crisis de las vacas locas y del aceite de orujo.

Pregunta. ¿Qué objetivos tiene la Administración española ante el consejo informal de ministros sobre desarrollo rural?

Respuesta. Los objetivos más importantes se concretan en tres: lograr una mayor concienciación en toda la UE sobre la importancia del segundo pilar o las ayudas al mundo rural, para que no se considere como algo marginal. Queremos abrir un debate sobre la modulación en las ayudas para que sea algo obligatorio en toda la UE y analizar los problemas que puede plantear en algunos Estados una política de cofinanciación.

'No he aplicado la modulación de ayudas por los problemas de cofinanciación'
'Será preciso instrumentar apoyos para las explotaciones con bajo rendimiento'

P. Actualmente, de todos los gastos de la Política Agrícola Común, el 85% corresponde a política de mercados, primer pilar, y el 15%, al segundo desarrollo rural. ¿Hasta dónde es posible una redistribución de fondos?

R. Por cuestiones externas o internas (OMC, multifuncionalidad o cofinanciación) hay una tendencia a reforzar el segundo pilar con una mayor asignación de recursos. Yo pienso que se debe tener una cierta prudencia. Las ayudas del primer pilar son indispensables para mantener una adecuada ordenación de la actividad agraria y las rentas del sector. No se puede avanzar precipitadamente en el desmantelamiento del primer pilar o Feoga-Garantía. Por otra parte, es indispensable avanzar en reforzar el segundo pilar. Yo estimo que en ese reparto se podría llegar a una distribución del 75% y 25% con los recursos disponibles.

P. ¿Qué política se debería hacer para evitar el abandono del medio rural?

R. Al margen de las medidas estructurales para mejorar el medio rural, es fundamental que quienes hayan optado por seguir en el sector tengan una rentas suficientes. El objetivo es propiciar un tipo de explotaciones rentables. Para ello se debe poner en marcha una política fiscal y sucesoria, evitar la subdivisión de explotaciones, etcétera para que la actividad agraria sea atractiva por las rentas que genere.

P. ¿Qué tipo de explotación apoya el ministerio?

R. Dentro de la diversidad de la agricultura española y las orientaciones productivas, se deben apoyar las que cumplan los objetivos de la política agraria desde la perspectiva de la producción y de las rentas de los agricultores. Con carácter general, las explotaciones necesitan un aumento de sus dimensiones para cumplir esos objetivos

P. ¿Por qué no se ha aplicado en España en los últimos años una política de modulación de ayudas?

R. Considero que la aplicación diferenciada de la modulación de ayudas puede afectar a las condiciones de tratamiento equitativo entre agricultores y puede provocar distorsiones en los mercados. Entiendo que una modulación, si se aplica, debería ser obligatoria en toda la UE. Esperamos que la Comisión avance en esta dirección en su propuesta de reforma de la PAC a medio plazo.

P. ¿Quiénes deben ser los destinatarios de las ayudas?

R. Las ayudas y subvenciones son instrumentos de la PAC para mantener las producciones agrarias y cumplir unos determinados objetivos, y se conceden como una contrapartida al cumplimiento de unos requisitos. En la Agenda 2000 se explicita más claramente que las ayudas son una compensación a la multifuncionalidad de la agricultura europea. En tal sentido, son destinatarios de las ayudas las personas físicas o jurídicas que cumplan esos objetivos

P. ¿A quiénes se debería dar prioridad en los casos de insuficiencia de cuotas?

R. Es una cuestión que se debería replantear en el marco de la UE. Habría que hacer además un análisis sector por sector y tener igualmente en cuenta la posición de los agricultores prioritarios, algo que se debería concretar en el futuro Libro Blanco de la agricultura. En todo caso, debería pasar por un pacto de Estado con las comunidades autónomas

P. Se le acusa de tener una doble cara: aparentar un diálogo con todo el sector, pero a la hora de la verdad estar al lado de los intereses de la gran derecha agraria.

R. No represento los intereses de esa gran derecha agraria. No creo que se pueda pensar eso por mis actuaciones en el ministerio. No he hecho nada diferente en esa dirección a lo que hicieron otros ministros como Luis Atienza o Pedro Solbes. Por el contrario, he luchado y sacado adelante reformas con un fuerte calado para los pequeños productores como las del tabaco o las que se aprueben para arroz o frutos secos. No he aplicado la modulación según la normativa actual, a la espera de que Bruselas haga un nuevo planteamiento obligatorio para todos los países. Pero se equivocan quienes piensan que modular es simplemente sinónimo de ayuda a los pequeños.

P. El Libro Blanco es hoy su gran objetivo en la política agraria. ¿No es una nube de humo para justificar un mandato?

R. Quiero que el Libro Blanco sea un análisis riguroso de la realidad del sector agrario. No es una nube de humo. A partir del mismo, se desarrollará un programa legislativo con dos leyes importantes y una batería de un centenar de medidas que estoy preparando

P. ¿Quién va a marcar la filosofía de ese Libro Blanco?

R. Con el Libro Blanco como base, esas líneas las pretendo marcar yo con un equipo muy cercano. No las van a fijar elementos externos o un determinado grupo agrario.

P. Se presenta el Libro Blanco como la tabla de salvación para la política agraria y, sin embargo, usted reconoce que el ministerio estará escaso de recursos para los próximos años

R. El Libro Blanco supone la puesta en marcha de importantes medidas legislativas necesarias para el desarrollo de la política agraria. No es todo cuestión de recursos. Además, los agentes económicos han demostrado capacidad para operar por su cuenta si se les ofrece un buen marco legislativo

P. Hace dos años presentó un amplio programa hoy lleno de incumplimientos

R. Existe un retraso sobre las fechas previstas, pero se están cumpliendo todos los compromisos. Están presentados los proyectos de Ley de Sanidad Animal y Vegetal, en breves semanas estará el proyecto de Ley del Vino y se está trabajando en el Libro Blanco

P. La calidad y seguridad alimentaria, la lucha contra el fraude eran algunos de sus retos. El sector sigue hablando de irregularidades

R. En estos dos años se ha prestado una especial importancia al control de la calidad agroalimentaria para defender intereses de la producción y de los consumidores, competencias que por otra parte están transferidas a las comunidades autónomas con las que se ha impulsado una política de colaboración. En los dos últimos años se han analizado 46.000 productos en los laboratorios dependientes del ministerio

P. ¿Cuáles han sido los resultados? ¿Por qué no se da información sobre los infractores?

R. En líneas generales, la calidad es buena, aunque hay diferentes expedientes abiertos por supuestos fraudes. Son cuestiones delicadas donde se debe proteger al consumidor y también debe existir una cierta prudencia a la hora de dar publicidad a los mismos para evitar daños al conjunto de un sector por unos pocos irresponsables.

P. El vino lleva dos años hundido y España se niega a medidas de cofinanciación para destilar como otros países.

R. Estamos ultimando un plan para apoyar salidas al mercado del vino, más consumo y exportaciones. Las comunidades autónomas deberían eliminar riegos y plantaciones ilegales. Ésas son las salidas.Yo me niego a dar ayudas para cofinanciar destilaciones de crisis porque ésa no es la solución y se estaría favoreciendo una política de excedentes.

P. Otros países dan las ayudas en el mismo mercado comunitario con el consentimiento de España

R. Se trata de ayudas ilegales.España no las apoyó, sino que se abstuvo.

P. La industria láctea sigue campando a sus anchas en materia de producciones, mercados y pactos para bajar los precios.

R. La bajada de precios es algo que deberían solventar productores e industriales en la interprofesión. Sobre lo demás, el ministerio tiene en marcha un amplio programa para lograr un control riguroso de la leche que se vende desde la granja hasta la industria

P. ¿Qué hacemos con las producciones récord de aceite?

R. Hay que producir calidad y aumentar las exportaciones

P. ¿Puede soportar el sector los bajos precios y las penalizaciones?

R. Hay una parte del sector que soportará perfectamente esa situación ya que el 85% de los ingresos procede de sus producciones. Para los olivares de baja producción, una de las salidas pasa por reconocer la multifuncionalidad de la actividad agraria y la posibilidad de acceder a las ayudas por el segundo pilar. Ésta es una salida que también sería de interés para el conjunto de explotaciones continentales que no tengan posibilidades para producir y soportar la competencia de los mercados

P. ¿Cómo debe ser la ampliación de la UE?

R. España está en línea con los planteamientos de la Comisión. Una ampliación por la vía lenta, con el pago de las ayudas directas desde un primer momento, pero de forma progresiva.

P. Se dice que tiene el departamento manga por hombro y que el ministerio está en las últimas.

R. Aunque me gustan las cuestiones comunitarias, controlo el ministerio más de lo que pueda parecer y tengo un seguimiento directo de lo que sucede. Tiene una estructura que funciona. No va a desaparecer. En mi caso concreto, a mí me gustaría finalizar con el programa que inicié hace dos años, pero seguir o no seguir no es algo que yo pueda decidir.

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